miércoles, noviembre 30, 2005

Un amigo es a veces el desierto


Un amigo es a veces el desierto,
otras el agua.
Despréndete del ínfimo rumor
de agosto; no siempre
un cuerpo es el lugar de la furtiva
luz desnuda, de cargados
limoneros de pájaros
y el verano en el pelo;
en el follaje oscuro del sueño
es donde brilla
la piel mojada,
la floración difícil de la lengua.
Lo cierto es la palabra.

Eugenio de Andrade

martes, noviembre 29, 2005

Distancia justa


En el amor, y en el boxeo,
todo es cuestión de distancia.
Si te acercas demasiado me excito
me asusto me obnubilo
digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos sufro
entristezco me desvelo
y escribo poemas.

Cristina Peri Rossi

lunes, noviembre 28, 2005

Cojo la palabra...


Cojo la palabra
marchar.
Delante, le pongo
Me gustaría poderme.
Y tengo
Me gustaría poderme marchar.

Joan Brossa / El tentetieso

domingo, noviembre 27, 2005

El reloj atrasaba...


El reloj atrasaba diez minutos.
Lo he ido corrigiendo y de ayer
a hoy va casi exacto.

Joan Brossa / El tentetieso.

sábado, noviembre 26, 2005

Buen provecho!

La noche


1
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.
2
Arránqueme, señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desnúdeme.
3
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.
4
Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.

Eduardo Galeano / El libro de los abrazos

viernes, noviembre 25, 2005

Miradas que matan


Basta que otro me mire para que yo sea lo que soy.
La tendencia a emprender la fuga la leo en esa mirada acechante que me apunta. Lo que capto no es que hay alguien, sino que soy vulnerable, que tengo un cuerpo capaz de ser herido, que estoy sin defensa, en suma que soy visto.

Jean Paul Sartre / El ser y la nada.

66.

66.
A veces,
si no te decides a decir una palabra,
si no escribes una idea
esa idea te zumba en la mente
durante un rato,
y el zumbido te impide ver lo que ocurre en
la siguiente esquina por la que pasas.
Al poco tiempo,
sin darte cuenta,
sin haber ganado ni perdido nada,
desaparece el zumbido,
la idea
y la esquina que no pudiste ver.
Rafael Lamata Cotanda / Palabras contra palabras.

miércoles, noviembre 23, 2005

Una mujer desnuda y en lo oscuro


Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda
una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan
una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo
una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.
Mario Benedetti.

Celebración de la voz humana

Los indios shuar, los llamados jíbaros, cortan la cabeza del vencido. La cortan y la reducen, hasta que cabe en un puño, para que el vencido no resucite. Pero el vencido no está del todo vencido hasta que le cierran la boca. Por eso le cosen los labios con una fibra que jamás se pudre.
Eduardo Galeano / El libro de los abrazos.

martes, noviembre 22, 2005

Avisos


Se vende:
-Una negra medio bozal, de nación cabinda, en la cantidad de 430 pesos. Tiene principios de coser y planchar.
-Sanguijuelas recién venidas de Europa, de la mejor calidad, a cuatro, cinco y seis vintenes una.
-Un coche, en quinientos patacones, o se cambia por una negra.
-Una negra, de edad de trece a catorce años, sin vicios, de nación bangala.
-Un mulatillo de edad de once años, con principios de sastre.
-Esencia de zarzaparrilla, a dos pesos el frasquito.
-Una primeriza con pocos días de parida. No tiene criatura, pero tiene abundante y buena leche.
-Un león, manso como un perro, que come de todo, y también una cómoda y una caja de caoba.
-Una criada sin vicios ni enfermedades, de nación conga, de edad como de dieciocho años, y asimismo un piano y otros muebles, a precios cómodos.

(De los diarios uruguayos de 1840, veintisiete años después de la abolición de la esclavitud.)

Eduardo Galeano / El libro de los abrazos.

lunes, noviembre 21, 2005

Estás en una complicada fiesta

Estás en una complicada fiesta.
Entre luz o tinieblas
ser o nada
acción o reacción
libertad o servidumbre
y otras muchas opciones llamadas antagónicas
el cerebro del hombre sólo puede
pensar en unas cuantas
y nunca al mismo tiempo.

Odioso es ordenar ciertas cuestiones
clavarlas en la caja cerrada de cristal
con sus pequeños rótulos
ponerles naftalina para que se conserven
y organizar submundos limitados.

Porque está comprobado que el desorden
es un orden complejo y hermoso y cambiante
que aterra y desafía con su vértigo
y cuyo atisbo de contemplación
son pocos los que pueden resistir.

Tú científico grave
filósofo eficiente que precisas de un orden
dirigente que quieres imponer una idea
piensa también en ti mira el espejo
y asume en tus teorías lo que ocurre en tu mente:
cualquier campo de acción o de razonamiento
lo limitas tú mismo
tus clasificaciones son convencionales
y por tanto imperfectas
y si vas por la calle y hablas y estás vivo
es debido a que pactas y contemporizas
entre el quietismo y la revolución
entre la depresión y la manía.

José Agustín Goytisolo / Taller de arquitectura.

Señales de humo

Cuando estás en el filo de lo oscuro
y le rindes honor desde tus huesos
cuando el alma purísima del ocio
pide socorro al universo inútil
cuando subes y bajas del dolor
mostrando cicatrices de hace tiempo
cuando en tu ventanal está el otoño
aún no te despidas / todo es nada /
son señales de humo / apenas eso

tu mirada de viaje o de desiertos
se vuelve un manantial indescifrable
y el silencio / tu miedo más valiente /
se va con los delfines de la noche
o con los pajaritos de la aurora /
de todo quedan huellas / pistas / trazas
muescas / indicios / signos / apariencias
pero no te preocupes / todo es nada
son señales de humo / apenas eso

no obstante en esas claves se condensa
una vieja dulzura atormentada
el vuelo de las hojas que pasaron
la nube que es de ámbar o algodón
el amor que carece de palabras
los barros del recuerdo / la lujuria /
o sea que los signos en el aire
son señales de humo / pero el humo
lleva consigo un corazón de fuego


Mario Benedetti
(Dedicado a Yo, la peor de todas)

domingo, noviembre 20, 2005

Locura de la luna

La ha vuelto loca el silencio
y la obsesión de sí misma;
loca, el sentirse tan sola
en medio de esa noche
que es una obsesión redonda.

Recorre las grandes salas
de cristal que hay en el cielo;
huye por los corredores
que le abren los espejos;

busca cuchillos que abran
entre sus carnes de hielo
veinte heridas, veinte labios
calientes de sangre y besos.

Gabriel Celaya

sábado, noviembre 19, 2005

Texto-tapete para juegos de salón

Redefinición de las prácticas artísticas, s.21
1. No somos artistas, tampoco por supuesto «críticos». Somos productores, gente que produce. Tampoco somos autores, pensamos que cualquier idea de autoría ha quedado desbordada por la lógica de circulación de las ideas en las sociedades contemporáneas. Incluso cuando nos auto-describimos como productores sentimos la necesidad de hacer una puntualización: somos productores, sí, pero también productos. Nuestro propio trabajo, la actividad que lo concreta, es en realidad el que nos produce. Quizás incluso podríamos decir que nuestro trabajo tiene que ver básicamente con la producción de gente, gente como nosotros. No preexistimos (nadie preexiste) en punto alguno a esa producción. La cuestión de la identidad del autor o su condición es una cuestión definitivamente trasnochada. Nadie es autor: todo productor es una sociedad anónima -incluso diríamos: el producto de una sociedad anónima.
2. La figura del artista vive en tiempo prestado. Nutrida por fantasías e imaginarios pertenecientes a otros ordenamientos antropológicos, el conjunto de distanciamientos e inclusiones que prefiguran su lugar social, asignándole una cierta cuota restante de poder totémico, ya no hace al caso. Quienquiera se sitúe hoy por hoy bajo advocaciones semejantes cae de lleno o en la ingenuidad más culpable o en el cinismo más hipócrita.
3. No existen «obras de arte». Existen un trabajo y unas prácticas que podemos denominar artísticas. Tienen que ver con la producción significante, afectiva y cultural, y juegan papeles específicos en relación a los sujetos de experiencia. Pero no tienen que ver con la producción de objetos particulares, sino únicamente con la impulsión pública de ciertos efectos circulatorios: efectos de significado, efectos simbólicos, efectos intensivos, afectivos …
4. Por más de una razón deberíamos asemejar el trabajo del arte al del sueño: es una producción que induce formaciones de superficie que expresan, que traducen aproximadamente, un estado descompensado de energías. Lo esencial en ellas es no es la forma o apariencia que adquieren en un instante dado: sino el campo de intensidades -o sea, el diferencial de potenciales- en que se efectúan.
5. Esa producción nunca debe confundirse con objeto o forma alguna: es un operador que se introduce con eficacia en algún sistema dado, desestabilizando la ecuación de equilibrio que lo gobierna. Pero tampoco conviene hacer mitología al respecto. El modo en que esta desestabilización opera es algo muy parecido a la introducción de un mero clinamen, algo tan elemental y frecuente como lo que posibilita que dos gotas de lluvia cayendo a la vez desde la misma nube y hacia la misma tierra tengan la capacidad de, en algún punto de sus trayectorias relativas, chocar –conocerse, digamos.
6. Describir a las actuales como «sociedades del conocimiento» -o todavía peor, como «sociedades del capitalismo cultural»- parece olvidar hasta qué punto su constitución se realiza, precisamente, sobre la consagración exaltada de la estulticia, de la ignorancia. Asumamos no obstante que cualesquiera de esas figuras no son más que un grado de las otras -quizás su grado cero. Y admitamos en consecuencia denominar a las nuestras «sociedades del conocimiento» o del «capitalismo cultural» -pero siempre bajo la observancia rigurosa de esa cláusula cuantitativa, gradualizada, y precisamente hacia lo más bajo. Queremos decir: siempre que pueda entenderse que como tales sociedades del conocimiento las contemporáneas podrían de hecho caracterizarse, con el mayor de los aciertos, como «sociedades del (escasísimo) conocimiento» o incluso como «sociedades del capitalismo (in)cultural…».
7. El trabajo del arte ya no más tiene que ver con la representación. ¿Alguien pensaría que el del sueño -ese que induce un «contenido aparente» en quien revive el «latente», o lo cuenta por la mañana- tiene que ver con la «re-presentación»? ¿De qué? Negativo: el trabajo del sueño expresa una economía de las fuerzas, una tensión de las energías, una disposición de la distribución diferencial: es una melodía del deseo, nunca su pintura; es presencia, nunca re-presentación. Ese modo del trabajo que llamamos artístico debe a partir de ahora consagrarse a un producir similar -en la esfera del acontecimiento, de la presencia: nunca más en la de la representación. No queda nada digno que representar, no queda dignidad alguna reivindicable en la tarea del representar. Ya no es sólo aquello de «no cometer la indignidad de hablar por otro» sino que ningún signo, efecto, objeto, figura, ninguna entidad o existente, puede pretender dignidad alguna si su trabajo es única o principalemente valer por otro, representarle …
8. No existen este mundo y el otro. El arte no puede seguir reivindicando habitar una esfera autónoma, un dominio separado. Ni siquiera para argumentar la operación «superadora» de su estatuto escindido. La clase de los objetos es única, todos ellos gozan del mismo calibrado y adolecen de la misma carencia «objetiva» de fantasmalidad. Si el trabajo del arte tiene todavía que ver con el «fantasma», con la circulación de las ideas (en su inconcreción característica) y la productividad del sentido o las energías deseantes (en su difusión magnificente), empieza a ser hora de no confundir ese halo con nada apegado a la materialidad de algún orden de «objetos específicos».
9. Las transformaciones de las sociedades actuales determinan la completa inadecuación del régimen actualmente hegemónico de circulación pública de la producción artística. Esto en lo que se refiere de modo particular a dos circunstancias: 1. el deslizamiento del significante visual hacia el territorio de la imagen movimiento -y la consiguiente obsolescencia creciente de los dispositivos espacializados de organización de la recepción, de los modos de la expectación; y 2. la misma espureidad de cualquier requerimiento de objetualización determinada. No sólo que mucha de la energía resultante de una práctica artística cualquiera no requiere culminarse o concretarse en objeto único alguno. Sino, y ni siquiera ya, en objeto multiplicado alguno. Para las nuevas prácticas no es ya que carezca por completo de sentido hablar de original -ni siquiera lo tiene hablar de las copias (como no lo tiene hablar de copias cumplido el tránsito del disco hacia el MP3). El tiempo en que el régimen de circulación pública de los productos resultantes de las prácticas artísticas se refería a algún tipo de «objetos» está, por completo, cumplido y acabado.
10. En las sociedades del siglo 21, el arte no se expondrá. Se difundirá.
11. Sólo en tanto el modo característico de la experiencia artística es en las sociedades modernas asociado a una experiencia de objeto, la cuestión de la propiedad de dicho objeto se torna pertinente (cuando hablamos de artes plásticas). No lo es ya, por ejemplo, si habláramos de la experiencia de lo musical, lo teatral, lo literario o lo cinematográfico –no es relevante en ellas quién sea el propietario de una partitura o quién de un guión. Este hecho condiciona de modo decisivo dos articulaciones principales en relación a la forma social de la experiencia artística moderna: primera, el modo de su mercado, la organización de su economía particular (enfocada a la circulación de objetos suplementados por una plusvalía muy específicamente asociada al valor artístico: la obra de arte como mercancía); y segunda, el modo de su patrimonialización (asociada necesaria y consecuentemente a modos del coleccionismo).
12. Cuanto más las nuevas prácticas artísticas se alejen en sus objetivos de la producción de objeto, tanto menos pertinentes se apareceran tales articulaciones tradicionales de su mercado y su coleccionismo. Los intentos adaptativos de los viejos formatos de economía artística –fundados en el intercambio de mercancías de valor artístico y en su coleccionismo, privado o público- resultan crecientemente inadecuados para las nuevas prácticas, que reclaman ser resituadas en el entorno de una economía terciarizada y con un sector de servicios expandido (hasta abarcar la producción inmaterial, simbólica).
13. En las sociedades del siglo 21 el artista no percibirá sus ingresos de la plusvalía que se asocie a la mercantización de los objetos producto de su trabajo, sino que percibirá unos derechos asociados a la circulación pública de las cantidades de concepto y afecto que su trabajo inmaterial genere (será un generador de riqueza inmaterial, no el primer eslabón en una cadena de comercio de mercancías suntuarias). La nueva economía del arte no entenderá más al artista como productor de mercancías específicas destinadas a los circuitos del lujo en las economías de la opulencia, sino como un generador de contenidos específicos destinados a su difusión social.
14. La función de la institución-Arte como coleccionista, y en fución de ella garante de patrimonialización pública de la mercancía artística, tenderá entonces a desaparecer, tan pronto como las prácticas artísticas abandonen la producción de objetos como instancias de mediación irrevocablemente necesarias para la circulación pública de las ideas y los afectos. En las sociedades del siglo 21 no será ni necesario -ni casi posible- coleccionar obras de arte (como es ya casi espurio coleccionar cine o música) y la función de las instituciones públicas respecto a las nuevas prácticas, con vistas a garantizar su inscripción en lo público, será más bien la de promover u optimizar en entornos protegidos la circulación social de aquellos contenidos que el libre mercado de las industrias culturales desestimaría en su regulación interesada por la ley de la audiencia.
15. Nos interesa investigar la inadecuación creciente de los antiguos dispositivos espacializados de articulación de la recepción social de las prácticas artísticas (museos, galerías de arte …). Pero no porque sea nuestro interés mantenernos instalados en la lógica antitética entre arte e institución-Arte; esa lógica nos resulta manida hasta el hastío y vaciada de cualquier potencial efectivo: quienes insisten en definirse con respecto a ella caen de inmediato en el polo de lo exhaustivamente institucionalizado, pues éste justamente se escribe bajo la figura de esta lógica. No entonces por tal razón sino más bien porque en la exacerbación de ese momento de inadecuación creciente, tanto las prácticas artísticas como la institución que regula su inscripción social se ven obligadas a evolucionar.
16. Toca evolucionar, sí. Basta de darle cuerda a la fabulación negativista que no hace más que anclar la forma de las prácticas en un pasado bloqueado, autocomplacido en la irresolubilidad paradojal de su lógica antitética. Nada que tenga la forma de la negación calculada de sí misma hace otra cosa que preparar indisimuladamente la coartada del compromiso cumplido anticipando el momento de su absorción integrada.
17. La que describiríamos como lógica antitética de la institución-Arte (es decir: la característica de la formación del espíritu objetivo que heredamos como pasado constituyente, la herencia de lo moderno) tiene esta forma: que para ser arte debe precisamente negar serlo, que para entrar en la institución-Arte debe precisamente aparentar (y adoptar el tono más convincente posible al respecto) que la pone en cuestión, que la rebasa, que la excede, que la desborda.
18. La que describiríamos como trasnochada lógica antitética de la obra tiene una estructura similar, la de un si es no es. Si no se le reconocía arte reclamará venir a serlo (lógica del readymade, de los otros comportamientos, de las actividades otras). Si se le reconoce serlo, deberá entonces serle negado algún valor en esa condición (lógica del pronunciamiento antiartístico).
19. El tiempo de esta «lógica generacional» -pues muy pronto deja de ser una mera lógica de la falsa conciencia para resolverse en una economía de la evolución presidida por la gobernación de un principio adaptativo, tipo «selección natural»- ese tiempo toca a su fin. El que quiera presentarse a sí mismo como otra cosa que coro repetidor de un academicismo prefijado, que se invente un estribillo menos complaciente que el de la expresión antitética. Fin de juego para la herencia Duchamp.
20. El trabajo que realiza el productor artístico se sitúa en la órbita de cualquier otra actividad, de la actividad cualsea. Es, como todo el resto del trabajo que realizan cualesquiera otros ciudadanos, una mera actividad productiva y su espacio de inscripción no es otro que el dominio público, el espacio social, definido por los actos de intercambio. Nos guste o no, en las sociedades actuales este espacio se encuentra exhaustivamente prefigurado por la actividad económico-productiva, bajo cuya administración se decide la forma reglada de todo intercambio social.
21. El arte ha dejado de pertenecer al orden de una economía simbólica presidida por las figuras antropológicas del derroche, de la sobreproducción. El artista contemporáneo no puede aceptar seguir oficiando de chamán de la tribu, de liberado en las nuevas formas del potlach contemporáneo. En las nuevas economías de la falsa opulencia sostenida el artista no puede aceptar que su práctica se inscriba de ninguna manera en los registros de forma actualizada alguna del lujo.
22. La transformación de las nuevas sociedades sitúa en primer plano el trabajo inmaterial, la producción de sentido y afectividad, el trabajo intelectual y pasional. El desafío más importante que las prácticas artísticas contemporáneas enfrentan apunta a redefinir su papel antropológico en relación a este gran desplazamiento.
23. La vieja circunscripción de la idea del trabajo a la economía productiva y la producción de objeto está quedando patentemente obsoleta, y no sólo por el desproporcionado mayor peso que la economía financiera y de la pura circulación de capitales está adquiriendo en las nuevas sociedades, sino también por el hecho de que la producción inmaterial y la circulación del sentido, de la información, se están convirtiendo en las modalidades de intercambio mas importantes en las sociedades emergentes.
24. Quizás lo más característico de las nuevas sociedades es en efecto su transformación estructural en cuanto a las relaciones de producción, su terciarización. En las sociedades del postfordismo, la parte más importante del trabajo que se realiza ya no tiene por objeto la producción de bienes materiales, sino que se orienta a la producción intelectual y afectiva, a alimentar nuestras necesidades de sentido y deseo, de significado y placer. Al mismo tiempo, también el consumo de bienes inmateriales, cuya circulación está regulada por las industrias culturales definitivamente fundidas con las del ocio y la comunicación, está tendiendo a convertirse también en el modo principal del consumo. La consecuencia es que la centralidad antes ocupada en cuanto a la generación de riqueza por la posesión del capital bascula ahora hacia la posesión de la propiedad intelectual, objeto principal de la nueva reordenación del sistema capitalista. Las prácticas artísticas deben encontrar su lugar en relación a todos estos procesos de transformación.
25. La propiedad intelectual y el derecho de autor, como tales, se van a convertir en el caballo de batalla principal de este recentramiento contemporáneo de las relaciones de producción. Las figuras del plagiarismo utópico o la sindicación de la autoría –cuya mejor eficacia se ha ejemplarizado hoy en el terreno del software libre- suponen al respecto puntas de lanza de una gran estrategia por desplegar que dirija su política a la generación de los dispositivos y agenciamientos que permitan la libre circulación y el acceso universal a a la información, modificando definitivamente al respecto la relación entre productores y utilizadores. Se impone superar el esquema verticalizado emisores à receptores para establecer una economía radial y desjerarquizada de usuarios, un rizoma de utilizadores –actualizando la fórmula utópica de la comunidad de productores de medios.
26. Es preciso encontrar fórmulas que simultáneamente respeten el derecho de autor y el derecho colectivo de acceso púbico libre y abierto a la totalidad de los saberes y las prácticas de producción simbólica, revisando de forma profunda el concepto de propiedad intelectual. El que manejamos viene heredado de un tiempo en que las nociones de identidad, autoría y propiedad se asentaban en presupuestos juridico-bio-religiosos, y no, como ahora deben replantearse, en función de consideraciones de orden bio-tecno-político.
27. El recentramiento que trae el trabajo inmaterial al centro operacional mismo de las nuevas economías supone una gran transformación: todo el espectro de una producción que antes era considerada «superestructural» ha pasado a convertirse en la parte nuclear del comercio antropológico contemporáneo.
28. Si las nuevas sociedades pueden hoy ser definidas como sociedades del trabajo inmaterial, sociedades del conocimiento, hay que reconocer entonces que a las prácticas de producción simbólica -a las actividades orientadas a la producción, transmisión y circulación en el dominio público de los afectos y los conceptos (los deseos y los significados, los pensamientos y las pasiones)- les incumbe en ellas un papel protagonista, absoluta y seriamente prioritario. El artista como productor ya no opera en ellas como una figura simbólico-totémica, sino como un genuino participante en los intercambios sociales –de producción intelectual y producción deseante.
29. Primera responsabilidad: la aqduirida en cuanto a la producción de formas de socialización e individuación. Los viejos mecanismos de la reproducción social -la familia, la educación, la religión, la patria, … todos los antiguos dispositivos articuladores de relatos de reconomimiento, las maquinarias abstractas productoras de elementos de identificación a través de la adhesión tácita a un sistema complejo de creencias implícitas o explicitadas- han dejado de funcionar como tales, y el encargo de proporcionarle al sujeto en su proceso de construcción herramientas de reconocimiento o identificación ha sido cedido, o desplazado, hacia agencias mucho más lábiles y flexibles, en las que el peso del «imaginario» visual circulante capaz de devenir-colectivo es decisivo. El poder de la imagen, de la «cultura visual» al respecto es casi absoluto y los productores de esa «cultura visual» harían bien en conocer y asumir la desmesurada importancia que ella ha adquirido, y en consecuencia, su creciente responsabilidad (una responsabilidad para la que, todo debe ser dicho, no siempre se encuentran suficientemente preparados).
30. Por tres vías diferentes las nuevas prácticas artísticas están asumiendo esa responsabilidad. En primer lugar, por la vía de la narración. La utilización de la imagen-técnica y la imagen-movimiento, en su capacidad para expandirse en un tiempo-interno de relato, multiplica las posibilidades de la generación de narrativas. En segundo lugar, por la vía de la generación de acontecimientos, eventos, por la producción de situaciones. Mas allá de la idea de performance –y por supuesto mucho más allá de la de instalación- el artista actual trabaja en la generación de contextos de encuentro directo, en la producción específica de micro-situaciones de socialización. La tercera vía es una variante de ésta segunda: cuando esa producción de espacios conversacionales, de socialización de la experiencia, no se produce en el espacio físico, sino en el virtual, mediante la generación de una mediación. El artista como productor es a) un generador de narrativas de reconocimiento mutuo; b) un inductor de situaciones intensificadas de encuentro y socialización de experiencia; y c) un productor de mediaciones para su intercambio en la esfera pública.
31. El artista como productor interviene, cada vez más, en el tiempo real del dominio de la experiencia, no en el del tiempo diferido de la representación. Esto se hace tanto más indiscutible cuanto más entendamos el tiempo real en términos de tiempo de sincronización de la experiencia, tiempo compartido y de encuentro entre los sujetos de conocimiento y pasión. Cada vez más, el artista es un productor de directo ...
32. Segunda gran responsabilidad del productor artístico en las sociedades actuales: la que le concierne en relación al proceso de «estetización» difusa del mundo contemporáneo sin el que el nuevo capitalismo no sería pensable. Si el efecto del capitalismo industrial sobre el sistema de los objetos (y por ende sobre el sistema de necesidades, y el de las relaciones) fue su transformación generalizada a la forma de la mercancía, podría decirse que el efecto más característico del capitalismo postindustrial es la estetización generalizada de tal mercancía, la transformación de ésta (y por ende del sistema de necesidades, y el de las relaciones, sometido por tanto a una segunda metamorfosis) a su forma estetizada. Lo que preside en efecto la circulación social actual de objetos, bienes y relaciones, no es ya el valor de uso que podamos asociarles ni aún el valor de cambio: sino, y por encima de todo, su valor estético, la promesa que contiene de una vida más intensa, más interiormente rica.
33. La religión de nuestro tiempo se llama: justificación estética de la existencia –cumplida bajo una forma evidentemente abaratada, trivial –si se compara con su diseño en el programa romántico o su aquilatamiento en Nietzsche. Su efecto supone la realización de nuestro tiempo como tiempo del nihilismo culminado –pero de nuevo a precio de saldo, como de segunda mano.
34. Los mecanismos sociales de reconocimiento y diferenciación, de socialización y subjetivación, de pertenencia a un grupo social y distinción dentro de él, se hacen reposar por encima de todo en el valor estetizado, y es la carga de éste que el nuevo capitalismo añade a objetos y relaciones, materiales o inmateriales, la que determina su nuevo valor social. Tanto más en un mundo globalizado, en el que la circulación de bienes, formas y mercancias trasciende cualquier frontera y entorno geo-bio-político de identificación específico: en este mundo globalizado de señas de identidad extraviadas, las necesidades de implementar esos mecanismos de producción de identidad y diferenciación crecen exponencialmente.
35. El trabajo que al respecto concierne a las prácticas artísticas tiene entonces que ver con la producción de imaginario en las sociedades del trabajo inmaterial. A nivel genérico, ideológico, éste se aboca a 1.la implementación de imaginarios alternativos a los dominantes en el proceso de globalización y 2.la aproximación crítica a los mecanismos y modos de producción de representación propios de las industrias culturales y del entretenimiento.
36. Lo que está en juego en las nuevas sociedades del capitalismo avanzado es el proceso mediante el que se va a decidir cuáles son y cuáles van a ser los mecanismos y aparatos de subjetivación y socialización que se van a constituir en hegemónicos, cuáles los dispositivos y maquinarias abstractas y molares mediante las que se va a articular la inscripción social de los sujetos, los agenciamientos efectivos mediante los que nos aventuraremos de ahora en adelante al proceso de devenir ciudadanos, miembros de un cuerpo social. Es preciso intervenir en ese dinámica, reconociendo la dimensión altamente política que comporta.
37. Resistir al efecto de desintensificación, empobrecimiento cualitativo y expropiación de lo auténtico de la experiencia que caracetiza a su gestión por las industrias del espectáculo puede ser el leit motiv de una nueva política. Una nueva política que frente al desorbitado potencial que poseen las industrias contemporáneas del imaginario pueda ser capaz de agenciar líneas de resistencia y modos de producción alternativa de los procesos de socialización y subjetivación. Acaso en esa tarea -la de esa nueva política definida en la era del trabajo inmaterial- las prácticas artísticas lograrán encontrar, en un proceso de transformación de las sociedades actuales que tiende a convertirlas en meros instrumentos de legitimación -cuando no en triviales generadoras de bibelots de lujo para las nuevas economías inmateriales- sus mejores argumentos de futuro, su más alto desafío -o cuando menos una buena razón de ser en este recién estrenado siglo.
(LSA47) La Société Anonyme

viernes, noviembre 18, 2005

Siete corazones tengo

Siete corazones tengo.
!Pero el mío no lo encuentro!
Federico García Lorca

Recordar

Recordar: Del latín re-cordis: volver a pasar por el corazón.
Eduardo Galeano / El libro de los abrazos.

jueves, noviembre 17, 2005

Espacio en blanco

Una noche es una noche.
Y este post de esta noche quiere ser un espacio abierto al lenguaje sentipensante.
(Dedicado a Tempus Fugit)

Celebración de las bodas de la razón y el corazón.

¿Para qué escribe uno, si no es para juntar sus pedazos? Desde que entramos en la escuela o la iglesia, la educación nos descuartiza: nos enseña a divorciar el alma del cuerpo y la razón del corazón.
Sabios doctores de Ética y Moral han de ser los pescadores de la costa colombiana, que inventaron la palabra sentipensante para definir al lenguaje que dice la verdad.
Eduardo Galeano / El libro de los abrazos.

miércoles, noviembre 16, 2005

Palabras contra palabras

68.
La vieja idea de porque yo escriba esto
tú me puedas entender,
es irreal.
La comunicación no es un transvase,
sino una siembra.
El discurso que más me interesa es el del río.
69.
Leo estas palabras para que usted las escriba.
Rafael Lamata Cotanda / Palabras contra palabras.
(Dedicado a Mármara, también a modo de pista, y en justa correspondencia por la suya)

martes, noviembre 15, 2005

No es fácil que pueda yo ...

"No es fácil que pueda yo enseñaros a hablar, ni a escribir, ni a pensar correctamente, porque yo soy la incorrección misma, un alma siempre en borrador, llena de tachones, de vacilaciones y de arrepentimientos. Llevo conmigo un diablo -no el demonio de Sócrates-, sino un diablejo que me tacha a veces lo que escribo, para escribir encima lo contrario de lo tachado: que a veces habla por mí y otras yo por él, cuando no hablamos los dos a la par, para decir en coro cosas distintas."
Juan de Mairena

lunes, noviembre 14, 2005

Amigas

Bueno, realmente creo que no tengo excusa, aunque diga que muchas veces pienso en escribirte, que no tengo tiempo de pararme ante el ordenador... ahora tengo mala conciencia de pensar que no cuido a mis amistades, algún día encontraré la respuesta... Voy a intentar retomar el hilo una vez más, aunque yo sé que tu lo atas rápido. Te cuento que estoy de baja, por eso tengo más tiempo, y porque está lloviendo y no puedo salir a la calle y ya salí ayer... tengo el 5º metatarso del pie izquierdo fracturado, no es nada comparable a la fractura de la muñeca derecha justo hace diez años (en adelante, suscribiré un seguro de accidentes para octubre y noviembre de cada año) pero así estoy. Por casa hago todo, pero salir a la calle es un problema porque las muletas me fuerzan la espalda y me provocan mucho dolor. Posiblemente esta semana me den el alta, y ya tengo ganas, llevo así desde el 17 de octubre. Como soy tonta del bote he pasado todo este tiempo arreglando armarios y estanterías, libros, ropa, etc. Pero también debo ser lista porque no he visto la tv más que un día, y ya tuve bastante. Te recomiendo una peli que me llegó al corazón: La vida secreta de las palabras. También he visto Una vida por delante y El jardinero fiel, y Match Point. Todas tienen parte interesante, es que me gusta mucho el cine. También leo, pero unas cosas terribles, de historia, sobre guerras y dictaduras y represiones y vidas rotas, y son más difíciles de recomendar a los que están fuera del asunto. No tengo mucho de nuevo que contar. En casa las cosas van regularmente bien, mi trabajo también y a la vista de cómo va el mundo eso debe ser más de lo deseable. Llueve, cosa que me tranquiliza mucho. En verano estuve en Berlín, mi ciudad querida, sin la familia, pero ya nada más. Me tienes que perdonar porque no te escribo, aunque si tu lo hicieses me obligaría a contestarte. En realidad no escribo a nadie, sólo uso el correo para pedir informaciones de asuntos profesionales, contactar con personal del gremio y abrir páginas también de la profesión. Oye, quedamos en que me vas a contestar con la intención de hacerlo durar más que otras veces? Ya sabemos que el contacto es intermitente, pero pongámoslo otra vez en marcha! Muchos besos y muchos recuerdos, por tanto tiempo que no te hago saber nada de mí. Rosa.

De “Las puertas del paraíso”

...es difícil amar a alguien que sea un misterio impenetrable, pero cuando en la persona no hay nada de misterioso es igualmente difícil amarla, porque el amor es busca y descubrimiento, aspiración e incertidumbre, prisa y espera, espera impaciente, pero siempre espera, el amor es ese estado particular y único de nuestros deseos, sean puros o impuros, ese estado particular y único de nuestros deseos que, al buscar su propia satisfacción, se obliga a no traspasar el límite extremo de la extrema satisfacción, porque el amor, que por su naturaleza es necesidad imperiosa de satisfacción, no es eso, no es satisfacción y jamás podrá llegar a serlo, si te conociese no podría depositar en ti mis propios deseos, porque ellos tienden a una dimensión desconocida, pero si no supiese y no lograra imaginar nada de ti debería igualmente retirarme de ti, como de un peligroso precipicio o de la corriente impetuosa de un río, el amor es anuncio y búsqueda, el amor es conquista, pero la satisfacción de los deseos lo mata, sufre perpetuamente de sed, pero toda satisfacción lo mata, es la desesperación en la contradicción de los elementos, es la soledad entre los elementos contradictorios, pero es también esperanza, esperanza siempre entre esos elementos contradictorios...
Jerzy Andrzejewski / Las puertas del paraíso.

domingo, noviembre 13, 2005

Fragmento de una carta de Flaubert a Colet

(La Bouille) Domingo, once de la noche (29 de agosto de 1847)

... ¿Has visto alguna vez, mientras paseabas por los acantilados, colgada de lo alto de una roca, una planta esbelta y retozona que derramaba sobre el abismo su cabellera ondulante? El viento la sacudía como para arrancarla, y ella se tendía en el aire como para marcharse con él. Una sola raíz imperceptible la clavaba a la piedra, mientras que todo su ser parecía dilatarse, irradiarse en derredor para volar a alta mar. ¿Y si un viento más fuerte se la lleva un día, qué será de ella? El sol la secará sobre la arena, la lluvia la pudrirá en jirones. Yo también estoy atado a un rincón de tierra, a un punto circunscrito en el mundo, y cuanto más atado me siento a él, más me vuelvo y revuelvo con furor hacia el sol y el aire. ...

Gustave Flaubert / Cartas a Louise Colet.

sábado, noviembre 12, 2005

La pálida


Mis certezas desayunan dudas. Y hay días que en que me siento extranjero en Montevideo y en cualquier otra parte. En esos días, días sin sol, noches sin luna, ningún lugar es mi lugar y no consigo reconocerme en nada, ni en nadie. Las palabras no se parecen a lo que nombran y ni siquiera se parecen a su propio sonido. Entonces no estoy donde estoy. Dejo mi cuerpo y me voy, lejos, a ninguna parte, y no quiero estar con nadie, ni siquiera conmigo, y no tengo, ni quiero tener, nombre ninguno: entonces pierdo las ganas de llamarme o ser llamado.
Eduardo Galeano / El libro de los abrazos.

viernes, noviembre 11, 2005

Apología cromática

Los años bisiestos, todos los colores se reunen en un simposio -vaya uno a saber por que razón-, pero allí están presumiendo de sus tonalidades. Si los hubiera encontrado Picasso ¡Qué magníficas nuevas pinturas hubiera creado!. Amén de este último comentario, innecesario por cierto, no todo es color de rosa en la familia cromática.
Los colores primarios se creen importantes y superiores; dicen ser los enviados del dios Cromo en la tierra y se arrogan, en cuanto pueden, esa supuesta divinidad mundana.
Pero este año, un grupo de detractores decidieron atacar sin piedad a uno de los endiosados colores, hartos de soportar el egocentrismo del señor rojo. Entonces urdieron un siniestro plan para bajar del pedestal al engreído narciso de un sopetón. Esperaron con impaciente ansiedad el momento en que el rojo dirigiera su discurso a toda la concurrencia. Ni bien se acomodó en el estrado, los coléricos anarquistas corrieron con prisa las cortinas del ventanal, dejando que el sol brillara en todo su esplendor.
Los rayos dotaron al rojo de una luminosidad poco conocida hasta entonces, su potente tonalidad había sido corroída por el intruso visitante. El rojo, furioso, comenzó a llorar desconsoladamente, viendo como el resto de sus familiares se reían de su desgracia.
Lo cierto es que ese mismo año fue toda una sensación en los desfiles de moda, en las calles, en las oficinas, en las casas, en los centros comerciales las mujeres lucían orgullosas atuendos del desdichado color. Ahora el rojo chillón estaba en todas partes, ya no era el único y esa fue su condena.
Diego Raffaelli

jueves, noviembre 10, 2005

Las muletas


Durante siete años no pude dar un paso.
Cuando fui al gran médico
me preguntó: -¿Por qué llevas muletas?
Yo le dije: -Porque estoy paralítico.

-No es extraño, me dijo. Prueba a caminar.

Son esos trastos
los que te impiden andar.
¡Anda, atrévete, arrástrate a cuatro patas

Riendo como un monstruo

me quitó mis hermosas muletas,
las rompió en mis espaldas...
Y, sin dejar de reír, las arrojó al fuego.

Ahora estoy curado. Ando.

Me curó una carcajada.
Tan sólo a veces, cuando veo palos,
camino algo peor por unas horas.
Bertolt Brecht

lunes, noviembre 07, 2005

jueves, noviembre 03, 2005

La vida secreta de las palabras

"Alguien dijo que desde el momento en que uno tiene vida interior, ya está llevando una doble vida. Las palabras, como manadas de peces, pululan en nuestra cabeza y se agolpan en las cuerdas vocales, pugnando por salir y por ser escuchadas por los demás. Y, a veces se pierden en ese camino entre la cabeza y la garganta. Esta película trata de todas esas palabras perdidas, que durante mucho tiempo vagan en un limbo de silencio (y malentendidos y errores y pasado y dolor) y un día salen a borbotones y cuando empiezan a salir ya nada puede pararlas."
Isabel Coixet, dixit.

miércoles, noviembre 02, 2005

Reposo

Los mil gestos producidos dentro de una larga convivencia explican, en silencio, mudas palabras de amor. Y es que el cuerpo, en su movimiento torpe, pesado y soso, continuamente dice lo que le pasa y siente. Por eso, a veces, cuando acostados apoyo mi brazo en tu cadera, en cansado gesto, no busco el inicio del juego de la pasión, sino que procuro el reposo de mi derrota en tu cuerpo tranquilo y ajeno de conflictos.

José Manuel Fernández Argüelles / Reposo.