
Durante siete años no pude dar un paso.
Cuando fui al gran médico
me preguntó: -¿Por qué llevas muletas?
Yo le dije: -Porque estoy paralítico.
-No es extraño, me dijo. Prueba a caminar.
Son esos trastos
los que te impiden andar.
¡Anda, atrévete, arrástrate a cuatro patas
Riendo como un monstruo
me quitó mis hermosas muletas,
las rompió en mis espaldas...
Y, sin dejar de reír, las arrojó al fuego.
Ahora estoy curado. Ando.
Me curó una carcajada.
Tan sólo a veces, cuando veo palos,
camino algo peor por unas horas.
Cuando fui al gran médico
me preguntó: -¿Por qué llevas muletas?
Yo le dije: -Porque estoy paralítico.
-No es extraño, me dijo. Prueba a caminar.
Son esos trastos
los que te impiden andar.
¡Anda, atrévete, arrástrate a cuatro patas
Riendo como un monstruo
me quitó mis hermosas muletas,
las rompió en mis espaldas...
Y, sin dejar de reír, las arrojó al fuego.
Ahora estoy curado. Ando.
Me curó una carcajada.
Tan sólo a veces, cuando veo palos,
camino algo peor por unas horas.
Bertolt Brecht
2 comentarios:
Está bien. Tiro las muletas, pero con la condición de que no me pegues con ellas, jejeje.
Prometido, vale, no te pegaré con ellas!, pero, dime, ¿has tirado las muletas?
Publicar un comentario