jueves, marzo 30, 2006

Ideología de la frontera

Santiago Polo / Claros del bosque
Instalación artística en el
VIII Cabanyal Portes Obertes 2005 Art i Ciutadania.

La ideología de la frontera
racionaliza la diferencia
y la exclusión social como
algo natural e inevitable.
.
La principal consecuencia es
el adiestramiento de
la ciudad y
de los individuos.
.
La ciudad se constituye
en fábrica de
fronteras.

lunes, marzo 27, 2006

Salvem el Cabanyal


¿Alguno de los que pasa por aquí conoce este barrio de Valencia, El Cabanyal? ¿Alguno conoce de vista u de oídas la problemática de este barrio? Llevamos casi nueve años aguantando la presión del Ayuntamiento con Rita Barberá a la cabeza de las huestes incendiarias y destructoras. Pues sí. Nueve años. No es una novela épica, no, es la realidad del día a día cotidiano. Hay días en que el peso de la presión se nota más que otros, y toca en tu puerta, y la oyes demasiado, y no te deja vivir, por más que ya hayas aprendido a vivir con ella. En fin, nada nuevo.

Desde la azotea...


... y mirando hacia Mallorca.
Ahí están: el cielo y LA mar.

domingo, marzo 26, 2006

En el patio


Estoy ahí, dedicándome a las plantas hoy domingo.
Recién entrada la primavera... hace un día radiante y da gusto mirar el cielo, y el mar.

sábado, marzo 25, 2006

Pintar cantando, y viceversa


Amada mia, amada mia...
dietro a quell'auto, via nella sua scia...
amada mia, amada mia...
qualunque cifre, anche una follia...
amada mia, amada mia...
amada mia, che sei stata mia...
Questo è un clacson, qui si insegure una donna...
questo è un clacson, clacson da sarabanda...
ehi, che bel tipo sei,
che romanzante meraviglia...
ehi, che bel tipo sei,
amada mia, amada mia...
Qualcuno ti ama, e sa parlatene...
Qualcuno ti ama, e sa descriversi...
Qualcuno ti ama, e sa convincerti...
Questo è un clacson, qui si insegue una donna...
Labbra da russa, labbra da baraonda...
ah, che bel tipo sei,
che romanzante meraviglia...
ah, che bel tipo sei,
amada mia, amada mia...
Amada mia / Letra y música de Paolo Conte.
(Para Borete)

miércoles, marzo 22, 2006

Brindando con la copa de vino


La soledad herida
.
Cuando estás en el bosque, estás solo. Cuando paseas a pie travesías inútiles, estás solo. Cuando bebes los años como días, estás solo. Cuando vives, estás solo. El tiempo es tu caja para guardar tus cosas: tu vida. Es elástico, a veces corre desvergonzadamente te resulta corto y a veces lento, deseas que pase, despreocupado y absurdo, y sientes la inquietud del aburrimiento. Miro a mi alrededor y me preocupo, no por los demás sino por mí; encerrado en la cápsula de mi tiempo trato de sentirlo tictac a tictac. Un día descubrí que cuando no tienes qué hacer y estás esperando que algo suceda, en vez de desear que el tiempo pase, lo mejor es disfrutar de su espaciosidad, no hacer nada pensando hacia dentro o mirando hacia fuera, sabiendo lo que se piensa o lo que se mira. Años atrás dejé pasar el tiempo, lo perdí, escurridizo entre las manos; todos los jóvenes lo hacen y no hay nada que objetar; en la abundancia se derrocha el caudal y se empieza a ahorrar cuando la bolsa se ve medio vacía. Vuelvo a la soledad. Estamos solos con nuestra propia vida, dejando a un lado compañías felices, complicidades y amistades profundas. En la vida, estamos solos, viviendo solos, caminando solos con nuestra conciencia en diálogo con nosotros mismos; nuestra conciencia reflejo que es la única que nos habla en cualquier momento, que tiene licencia para interrumpir los pensamientos y acceso libre. Que nadie se equivoque, estamos solos y eso es tan cierto como que la sociedad que nos prepara para afrontar el mañana con juicio, pretende cubrir nuestra soledad con preceptos y normas que nos ahorren la decisión individual y por ende peligrosa. Todos quieren ahorrarnos el descubrimiento de la angustia, como si supieran cómo hacerlo. Nacimos, vivimos y morimos en soledad y en su ámbito descubrimos el valor de una o varias compañías. Nuestra soledad no es una tragedia, es una evidencia. ¿Quién puede sentir por nosotros? Sólo aconsejarnos. ¿Quién puede ahorrarnos el dolor? Sólo acariciarnos. ¿Quién puede evitarnos el desconsuelo? Sólo sonreírnos. La mano que nos tiende el amigo y que cogemos ávidos de su tacto es un asidero para amarrar la barca: una anestesia. Pero el dolor y la tormenta siguen su curso, están y son. ¿Quién puede negarlo? ¿Quién puede evitarlos? En un relato cuya lectura hiere, de Camus, un pintor se encierra en un altillo para pintar en soledad y allí pasa los días olvidando a familia y amigos y al fin, de sustentarse con lo esencial; no baja pese a las súplicas de los suyos, no prueba comida ni bebida y acaba expirando. Cuando suben y le encuentran, todo es oscuridad en el espacio y al mirar el lienzo que intentaba cubrir de pintura, una palabra torpemente escrita desde la oscuridad, revela un dilema que no pueden descifrar, ya que no saben leer con claridad si ha escrito "solitaire" o "solidaire". El absurdo de la existencia, que es la imposibilidad de unir destino y vocación, realidad y aspiración, se muestra con una dramática claridad a quien quiere mirarlo frente a frente. El círculo protector no existe más que en una proyección de nosotros mismos. En los más íntimos momentos de compañía, cuando no puedes discernir tu existencia y la del otro, como actos individuales y singulares, late un ápice de soledad que no reconoces: el miedo a perderlo, al desgajarte. Estamos solos porque sentimos lo que sentimos desde nuestra esencialidad y desde nuestra conciencia y eso se puede narrar pero no compartir. Somos uña y carne, pero sentimos la carne nuestra y la uña es el otro, y él lo mismo. Quien dice "nosotros" en su cotidianeidad formando grupo, dice un yo acobardado: ha perdido su singularidad como referencia, ya nunca más será. Cuando eso sucede aparece el miedo a la soledad, olvidando que la soledad es la esencia primera de la existencia. Cuando más usamos el plural como desidentificación de nuestra singularidad, más anestesiamos en vano la soledad. ¿Porque la soledad duele o porque tememos que la soledad nos duela? Cuando llegue el momento de morir les va a doler a los otros que nos aman en su propia soledad; perderán una molécula de su compañía. Nuestra muerte a quien no va a doler es a nosotros salvo en la forma, y esa es breve y física. Lo irónico es que morir, como acto esencial, debería importarnos nada. Que les importe a los demás que van a descubrir un poco más su soledad sin nuestra compañía. En esta soledad confundimos el amar con el querer: lo primero es dar y lo segundo poseer. Lo primero es sentir desde la soledad hacia la solidaridad; lo segundo es ambicionar desde la soledad a la voluntad de tener, a la propiedad. Te quiero equivale a cautivar. Te amo equivale a liberar. Te quiero no resuelve las soledades del alma pero anestesia llenando del objeto deseado la pirámide de la existencia; como los antiguos egipcios atesoramos para el viaje largo y en soledad objetos preciados y necesarios, se supone. El cruce pagano de la laguna Estigia es más sincero y democrático. Uno, en su soledad y desnudez (ligero de equipaje en machadiana expresión), no sabe a quien va a encontrar en la barca de Caronte: asesinos y virtuosos le acompañarán en nueva singladura; muchas veces he pensando en dramatizar ese viaje en un relato y sigo pensando en ello, no se si sabré. Anestesiados como estamos, contra la soledad, no percibimos su realidad que es gozosa. Desde su trágica singularidad percibimos un entorno de amistades, compañías y fraternidades, que motivan nuestra actitud y activan el comportamiento. Buscamos al amigo y al amado (en términos del Cantar de los Cantares) con místico deseo y carnal envoltura. Amigo y amiga, amado y amada y el círculo de la solidaridad, en capas de cebolla de luminosa transparencia. No estamos solos porque están los hijos, no estamos solos porque están los amigos, no estamos solos porque está la pareja, el otro, el complementario, las parejas, los otros, los complementarios... Es tan cierto como descubrir que el miedo a la ausencia de uno de ellos nos va a herir, vulnerables cual somos, hasta la propia médula de nuestra soledad. En la misma medida en que no estamos solos la ausencia de una compañía nos reconvierte de nuevo en solitarios, mermados del otro. ¿Cuanto tiempo ha durado el espejismo de la compañía? Lo cantaba Becaud en una balada, L'absent, que siempre me ha impresionado y considero su mejor poema. Intentaré versionar una traducción parcial:

"Que dura es de llevar
la ausencia del amigo;
aquel que cada noche
volvía a esta mesa.
Ya no volverá más:
la muerte es miserable,
apuñala en el corazón
y te deconstruye.
El dejó dicho un día,
"cuando me haya de ir,
hacia el lejano país
más allá de la tierra,
no lloréis más vosotros,
levantad vuestros vasos
y bebed por, por mi eternidad"

Sigue la canción y es una hermosa lección de filosofía que recomiendo buscar en Emule o en discografías viejas. A mí, con veinte años, me hirió y todavía me acompaña. Al compás de Becaud dulcifiqué soledades juveniles y con Et Maintenant, Le jour de la pluie, Natalie y tantas otras hermosas canciones, besé a quien me besó. "La solitude" fue para mi un manifiesto existencial, con sus cuatro primeros versos repitiendo airadamente "la solitude", ça n'existe pas". Luego descubres que es una canción a la anestesia y un manifiesto de afirmación personal. Sí existe la soledad y es nuestro bien más preciado.
.
En la cuarteta 20 de las Robbaiyat, Jayyan escribe:

Aunque sea tu vida feliz junto a tu amada
y disfrutes de todos los placeres del mundo,
lo cierto es que al final te tendrás que marchar:
todo habrá sido un sueño, duró toda la vida.

En la 38:

Sin excepción perdemos a los amigos íntimos,
uno a uno la muerte los cubrió de desprecio;
la fiesta de la vida nos brindó el mismo vino,
ellos se emborracharon algo antes que nosotros.

Y en la 106:

Ya que no es cuanto existe sino viento en la mano,
ya que hay en cuanto existe defectos y fracasos,
supón que cuanto no existe en el mundo, existe,
cree que cuanto existe en el mundo, no existe.

Recomendación: después de leer esta columna, brindar con una copa de vino, a la manera de Jayyan, por nuestra soledad y esperar amena y grata compañía sin olvidar que el sueño duró toda la vida…
.
Luis Rivera / La soledad herida.

martes, marzo 21, 2006

martes, marzo 14, 2006

sábado, marzo 11, 2006

Necesito descansar


(Fotografía de Juan Peiró)

viernes, marzo 10, 2006

Feminicidio

Buenos días, agradezco muchísimo la invitación a la Universidad, después de todos estos días aquí, reuniéndome en distintos espacios con distintos tipos de personas, llegar a la Universidad es como llegar a mi casa, me encanta estar aquí. Yo reservé para la Universidad el tema del feminicidio para tratarlo aquí, quería abordarlo desde lo académico y tocarlo como un tema de la academia porque me parece importante y en este sentido se desarrollará esta explicación.
El primer aspecto de esta problemática tiene que ver con el enfoque con que se miran los problemas relativos a la violencia contra las mujeres en cualquier parte; y un aporte que marca la diferencia está en poder contar con concepciones teóricas, con un tipo de sistematización para enfrentar el problema y avanzar.
Cuando yo me hice cargo de la Comisión Especial de Feminicidio, esta comisión ni siquiera se llamaba así, se llamaba “para dar seguimiento a las investigaciones sobre asesinatos de niñas y mujeres en Ciudad Juárez” y es interesante que el sólo cambio de nombre de la comisión implica un cambio de paradigma epistemológico; ese hecho ha marcado una diferencia importantísima en el abordaje que los diputados están haciendo del problema; dar cuenta del homicidio de niñas y mujeres lo puede hacer cualquiera y desde cualquier lugar, pero dar cuenta del feminicidio es otra cosa; y este ha sido el tema en que hemos estado trabajando un equipo importante durante dos años, no pudimos hacerlo desde el principio porque, aunque ustedes no lo crean y a pesar de tratarse de un problema grave en mi país, tardamos ocho meses en la legislatura para que se aprobara la comisión que yo presido, es una comisión especial y nunca había tiempo, siempre había urgencia de otras cosas y se posponía y se posponía, hasta que ocho meses después, en una legislatura que dura tres años, se aprobó.
Y se aprobó ya con el nombre de “Feminicidio” y quiero decir que el nombre es muy complejo, el feminicidio es una categoría teórica, desarrollada en los estudios de género por un conjunto de investigadoras, de las cuales las más conocidas, las que dieron difusión al tema, sobre todo en la década pasada fueron Jill Radford y Diana Russell, autoras del libro Femicide: The Politics of Woman Killing , es un libro que es una antología sobre el feminicidio en distintos lugares del mundo y ellas recogen esta problemática, la sistematizan y la teorizan. A partir de ahí ha habido otros desarrollos, incluso otros textos que ya son clásicos, como el último libro que se llama Feminicidio en el mundo global, que acabamos de editar mi comisión y la Universidad Nacional, como un texto de investigación sobre el feminicidio, diez años después del primer texto .
Me importa destacar la relación entre la academia y la política, que puede ser muy complicada, que a veces es conflictiva, que a veces pareciera que son dos cuestiones distantes y diferentes, pero que, en nuestro caso, hacer política con una fundamentación teórica nos ha permitido avanzar muchísimo. Plantear que hay feminicidio es plantear algo muy complicado, es darle una explicación política a un problema que ha sido abordado desde un punto de vista policíaco; el viraje que hemos dado es cambiar la tesitura, colocarlo en otro lugar, y es muy importante para poder enfrentar lo que sucede de una mejor manera.
¿De qué se trata el feminicidio? Feminicidio, que ya nos dio permiso la autora, Diana Russell, para traducirlo así al castellano (y no como “femicidio”, que sería simplemente el homicidio de mujeres), es una categoría analítica de la teoría política y consiste en enfrenar el problema como parte de la violencia de género contra la mujeres. Éste es el primer supuesto epistemológico, teórico y político, y ubicarlo allí es abordar las causa del feminicidio. En México, pasar de una aparición en los sucesos de los periódicos a la parte política y social ha sido muy difícil.
Todavía hoy hay un conjunto de explicaciones del fenómeno que rallan en la literatura , no en la explicación científica; pero quiero decir que son las más conocidas y que se han extendido en la sociedad de tal manera que la gente cree que lo que sucede es que hay, por ejemplo, asesinos en serie que matan mujeres, quizá esta es la explicación más extendida; la otra es que son enfermos mentales, que hay unos enfermos que andan matando mujeres, eso es el pan nuestro, la prensa insiste, en los mítines se argumentan este tipo de cosas y ya se buscan asesinos en serie especializados. Por ejemplo, en Ciudad de México ha habido asesinatos de mujeres ancianas, en cinco años han asesinado unas 60, y al autor se le busca como el “Mataviejitas”, que así se le llama. Escucho otras explicaciones cuando me dicen: “Diputada, aquí ya se extendió el feminicidio” como si fuera una epidemia, como si se contagiara, o también me dicen que son mafias que se mueven de una ciudad a otra, todas estas explicaciones que están a la orden del día, han dado la vuelta al mundo. Hay historias de este tipo que se basan en hechos reales de algunos casos concretos y luego los novelan y una no sabe si está ante una investigación periodística seria o ante literatura de fácil difusión. Por eso la importancia de contar con una visión científica del feminicidio (pero no científico como peritajes de tipo forense, que se pensaron que yo iba a ir de investigadora con la lupa, como Miss Marple, es todo lo contrario); se ha procurado colocar el tema en una perspectiva de género analítica, con un enfoque sintetizador de género, integral, que plantea un análisis social, económico, político y cultural de las causas que están tras las desapariciones y los crímenes de niñas y mujeres en México y en cualquier parte del mundo. La teoría explicativa del feminicidio es una teoría y puede aplicarse en cualquier sitio que suceda.
¿A qué llaman Jill Radford y Diana Russell “Feminicidio”? Ellas lo definen de la siguiente manera: “Se trata de crímenes de odio contra mujeres”. Quizá sea esta definición la más escueta, la más concreta; incluye la misoginia, hay misoginia y por lo tanto hay crímenes contra mujeres, pero ¿cómo se produce la misoginia? Es parte de la explicación que ellas dan, y ellas consideran que el feminicidio se conforma en una violencia social contra las mujeres; en la sociedad se acepta que haya violencia contra las mujeres, la sociedad ignora, silencia, invisibiliza, desvaloriza, le quita importancia a la violencia contra las mujeres y a veces las comunidades (familia, barrios, cualquier forma de organización social) minimizan la violencia y tienen mecanismos violentos de relación y trato con las mujeres. La sociedad está organizada de tal manera que la violencia forma parte de las relaciones de parentesco, de las relaciones laborales, de las relaciones educativas, de las relaciones en general de la sociedad. La cultura refuerza de una y mil maneras esta violencia como algo natural, hay un refuerzo permanente de imágenes, enfoques, explicaciones que legitiman la violencia, estamos ante una violencia ilegal pero legítima, esta es una de las claves del feminicidio, como apuntan las autoras.
Otra clave es que en estos casos de violencia se llega a la muerte de las mujeres en casos más extremos, pero no en todos, por lo tanto el feminicidio no sólo comprende los asesinatos, sino que abarca el conjunto de hechos violentos contra las mujeres, muchas de las cuales son supervivientes de atentados violentos contra su entorno, sus bienes, contra ellas mismas; encontramos pues, supervivientes del feminicidio de las que se habla muy poco, casi diríamos que cuando se dice por ahí “casi la mató a golpes” tendríamos una superviviente del feminicidio, por lo tanto en el mundo hay millones de mujeres supervivientes.
Pero las que vemos son las que fueron asesinadas, observamos la punta del iceberg cuando vemos a las asesinadas, lo que está abajo es lo que sostiene la violencia contra las mujeres. Ése es el enfoque y cambiar el enfoque ha costado mucho. En el trayecto he tenido bastante buena escucha, pero al mismo tiempo están las otras interpretaciones, hay como una puesta en escena entre psicópatas, mataviejitas, etc, y las académicas estamos intentando reorientar este enfoque, también las feministas de las organizaciones y algunas diputadas y senadoras que están en ello.
El tema es cómo la visión teórica que hoy llamamos perspectiva de género nos permite abordar un tema para transformar la realidad y encontrar salidas. Lo que se ha propuesto durante once años en Ciudad Juárez han sido sólo medidas policiales: aumentar el número de efectivos, colocar cámaras de televisión en las calles para filmar escenas de posible peligro par las mujeres y una serie de cosas que no corresponden con la realidad. Una crisis terrible que hubo el año pasado se debió a que, después de muchas negativas de los gobiernos municipales a enfrentar el problema adecuadamente, en una semana asesinaron a dos niñas y la furia fue total, se llegó al colmo de decir “no puede ser, ya basta”, tenemos que hacer una política integral del gobierno en México que garantice la vida de las mujeres, ese es el clamor que tenemos; pero no con vigilancia policial ,porque cada mujer tendría que tener un policía al lado; no se trata de eso; además esas criaturas fueron asesinadas en sus casas, no en la calle.
También hemos ido desmontando la explicación estereotipada; hay un estereotipo que ha dado la vuelta al mundo y es que quienes han sido asesinadas son mujeres jóvenes, morenas, pobres, de pelo largo, trabajadoras de las maquilas y que han sido asesinadas después de una gran violencia sexual contra ellas; es un estereotipo porque no corresponde a la realidad, según lo que yo he investigado. Además de esas trabajadoras pobres de las maquilas, hay un 85 % de mujeres que corresponden a distintas clases sociales, a distintas edades, algunas de ellas no recibieron en ese momento violencia sexual y fueron asesinadas en sus casas por sus parientes. Desmontar el estereotipo es una tarea cotidiana a la que me dedico todos los días, como estoy haciendo aquí. Para eso nos sirve la investigación, para saber cuáles han sido las victimas, cuál era su perfil, a qué se dedicaban; hemos descubierto que muchas de las asesinadas eran estudiantes de carreras técnicas, también ha habido amas de casa, empleadas, etc. Estas son las noticias que me llegan todos los días, yo me levanto todos lo días con un resumen de noticias de lo que pasa diariamente con el feminicidio en mi país.
El subprocurador de Derechos Humanos de la República insiste en un discurso interesante, él dice que no a todas las que supuestamente habían atacado sexualmente las habían atacado sexualmente, tenían el supuesto de que sí porque aparecían con la ropa interior quitada, pero ya descubrieron que no; imagínense la mentalidad del subprocurador de Derechos Humanos cuando no considera una agresión sexual el que aparezca el cuerpo de una mujer con la ropa interior quitada, aunque no se pueda probar si hubo violación o no, o sea, el tema del enfoque misógino de las autoridades poco profesionales está a la orden del día.
Esto por lo que toca a los estereotipos, pero ¿qué más hemos hecho en la Comisión Especial de Feminicidio? Bueno, pues ampliarla y no sólo ocuparnos de lo que pasa en Ciudad Juárez sino lo que pasa en otras ciudades del país. Con un enorme esfuerzo, como no teníamos respuesta oficial, tuvimos que investigar por nuestra cuenta; yo les pedí a todos los procuradores que informaran sobre lo que estaba personando en sus entidades federativas, no contestaban, les mandé una carta, a los dos meses otra, a los tres meses otra, me personé en la Conferencia Nacional de Procuradores para exigirles información oficial, pero no saben qué pasa, no han investigado, no cuantifican, no tienen una base de datos; ya logré un convenio para que haya una base de datos sobre mujeres asesinadas, pero es muy complicado, todos son datos confidenciales, les da terror informar.
En fin, ampliamos el trabajo de la comisión porque percibimos denuncias de que había feminicidio en otras partes del país, y en estos dos años yo he recorrido el país reuniéndome con las asociaciones de mujeres que son las que hacen la denuncia, reuniéndome con las autoridades, las universidades, los gobiernos... y hemos logrado hacer convenios con los gobernadores de seis entidades federativas que han aceptado que tienen un problema en su entidad y que lo van a enfrentar, que están dispuestos a darnos información. Y que están dispuestos a recibir recomendaciones.
En estos momentos, estamos a punto de entregar un informe del feminicidio en esas once entidades que hemos conseguido investigar y quiero decirles que como no había información e investigación lo que hicimos fue llevar la academia a la Cámara de Diputados y creamos un equipo de sesenta investigadoras que investigan en cada lugar lo que está pasando, todas son expertas en género, todas tiene trayectoria académica en estudios de violencia contra las mujeres y por fin estamos sabiendo qué pasa y lo que pasa es que la violencia contra las mujeres se está haciendo visible.
En algunos lugares se ha incrementado, no sólo se ha incrementado porque haya exacerbación en las relaciones de dominación sobre las mujeres en la sociedad, sino porque hemos ido reformando parcialmente el Estado, muy parcialmente, tenemos unas cuantas instituciones que atienden la violencia contra las mujeres, muy poquitas; tenemos unas cuantas instancias que se ocupan de los delitos contra las mujeres, poquísimas; entonces hay pero no hay, son insuficientes. Y eso que no hay genera un hueco que permite la impunidad, hoy sabemos que más del 60% de las mujeres asesinadas habían denunciado antes la violencia de la que eran víctimas.
Entonces ampliamos la teoría del feminicidio a partir de la investigación y hoy incluimos la violencia institucional, no sólo existe violencia social contra las mujeres, aquel que asesina, el sujeto activo del delito, sino que también está la violencia de las instituciones que no responden a garantizar la vida de las mujeres como algo previo, o sea que hay un gravísimo problema de seguridad para la vida de las mujeres; y aquí estoy utilizando la concepción del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, sobre el índice de seguridad humana; no hay capacidad para garantizar la vida de las mujeres y una obligación del Estado es la garantía a la vida de las personas, eso no se cumple y eso es violencia institucional. Pero hay más violencia, porque cuando las mujeres ya han denunciado la violencia no hay la respuesta institucional para atender adecuadamente a esas mujeres, dar seguimiento al proceso tanto de atención psicológica, como de apoyo y sustento económico, social, jurídico, legal... no hay eso; ya cometido el delito, por ejemplo, el homicidio de mujeres, hay impunidad, la impunidad es otro elemento del feminicidio porque no todos los homicidas son llevados ante la ley.
Y luego, hay muy poco profesionalismo en los que investigan los casos desde el punto de vista policiaco, los peritajes se han hecho muy mal, hay casos que ya no pueden ser reconstruidos, se perdieron los papeles; yo he visto expedientes en los que están revueltos tres casos, como si fueran fragmentos de mujeres lo que hay allí. Así como éstos les podría contar infinidad de casos de violencia institucional; como el caso de los jueces o juezas que se comportan a veces de una manera terrible; anteayer una jueza liberó tranquilamente a un hombre acusado con pruebas de pederastia, por cierto ahora está en España, no sé en qué playa estará disfrutando, pero fue liberado después de tres meses en prisión porque la jueza consideró que no se podía probar que las niñas que fueron sometidas a prostitución hubiesen sido forzadas, consideró que estaban ejerciendo su libertad esas niñas, ahí está la violencia institucional. Otro caso que me tocó presenciar en Hermosillo, Sonora, otra ciudad fronteriza, cuando fui a visitar a la alcaldesa, estaba toda la población consternada, fue el caso de una chiquita que apareció metida en una valija en una estación de autobuses asesinada a golpes ¿qué había pasado? que esa niña estuvo institucionalizada un año por malos tratos recibidos de su padre y su madre y sin haber hecho un peritaje para ver si los padres ya podían recibirla de nuevo, sin haberlos reeducado para poder atender a la criatura se la devolvieron, a la semana apareció asesinada y los padres prófugos, un caso no resuelto, pero era una muerte anunciada, parafraseando a Gabriel García Márquez.
El feminicidio se compone también de muertes anunciadas, podemos saber los lugares álgidos donde hay más riesgo para las mujeres, en la Comisión Especial y este equipo de investigadoras estamos haciendo una geografía del feminicidio en México, detectando cuáles son los lugares donde se han presentado más delitos contra mujeres, más formas de violencia contra mujeres, más denuncias de mujeres y otros indicadores: en qué lugares las mujeres están en condición de mayor precariedad, en qué lugares los hombres tiene posiciones de mayor supremacía y de comportamiento violento, y así estamos construyendo una antropogeografía del feminicidio para poder prevenir, desmontar los fenómenos que producen estos terribles asesinatos de niñas y de mujeres, y también estamos tratando de convencer de que la violencia contra las mujeres no es natural, que la podemos eliminar si cambian las condiciones de vida de las mujeres, si cambian las relaciones entre los géneros, si cambian las relaciones del Estado con las mujeres, y desde luego en un sentido democrático del género; ésta es la propuesta, se dice muy rápido y muy sencillo y puede que para quienes nos dedicamos a esto sea una obviedad, pero no lo es para quienes no están aquí, para quienes se comportan desde ideologías preestablecidas que no analizan lo que está sucediendo, no hay estadísticas suficientes e investigaciones sobre el problema.
Quisiera terminar sobre cómo aprovechar la ciencia, lo que hacemos nosotras, políticamente y jurídicamente; esta investigación que para nosotras es pionera, porque en México nunca se había investigado el feminicidio, ha formado a las sesenta investigadoras, fíjense qué proceso tan interesante, al ir investigando fuimos desarrollando la metodología, no la teníamos y ha sido un trabajo colectivo de pensar juntas, a veces crispante, pero maravilloso porque hemos creado un “intelectual colectivo”, un grupo sólido de expertas que estamos trabajando el tema; además hemos propuesto y lo hemos ganado, aún siendo minoría en la Cámara de Diputados, que se haga una investigación nacional sobre todas las formas de violencia contra las mujeres y que se dé cuenta a la sociedad de lo que está pasando. Ganamos hace unas semanas el presupuesto para hacer la investigación, y eso es un éxito cuando, ustedes saben lo que son las políticas neoliberales, que cualquier política social es recortada cuando se trata de cortar presupuestos; y aquí logramos un presupuesto que no existía. ¿Qué más hicimos? Hemos propuesto una pequeñísima reforma del Estado y es la creación de una Fiscalía especializada en delitos violentos contra las mujeres, cuya competencia es nacional, para todo el país, va a tener cinco fiscalías regionales y va a ser una estructura permanente de la República, cosa que es un adelante impresionante; decir que se llama especializada porque la creamos con el mandato de que tienen que ser especialistas en género y derechos humanos quienes se hagan cargo de la fiscalía; les comento con muchísimo gusto que hace dos semanas, el procurador nombró a una destacada abogada, doctora en derecho, feminista, experta en violencia, que además ha sido parte de un organismo contra la tortura como fiscal especializada para montar esta fiscalía que tratará los casos de violencia contra las mujeres; para nosotras es un avance porque no tenemos una ley contra la violencia hacia las mujeres, antes de la ley hemos conseguido, colándonos por la coyuntura política como pudimos, crear la fiscalía, luego haremos la ley.
Como legisladora les digo que es una maravilla hacer leyes, es fascinante el proceso para hacer una ley; decirles que presentamos una iniciativa de ley que es la Ley para el Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que tutela el derecho de las mujeres a una vida sin violencia, con libertad; desde esa perspectiva feminista está planteada la ley, y en una estructura patriarcal incorporar una ley feminista es muy importante; estamos a la espera del dictamen de la Cámara y si tuviéramos esta ley podríamos crear todo un sistema para prevenir la violencia contra las mujeres, para destinar presupuestos al tema,... también las senadoras propusieron la Ley de Igualdad, con una visión de género muy interesante.
En esto se concreta el excelente encuentro entre la academia y la política para poder conocer los mecanismos que desmonten los terribles crímenes contra mujeres; sabemos que no basta esto, pero es muy importante acertar por dónde, y luego tendremos que modificarlo y cambiar muchas cosas para que la vida de las mujeres y de las niñas sea respetada en mi país y en todo el mundo.
También les informo que formamos una comisión, un grupo, una red interparlamentaria, con parlamentarias guatemaltecas, en Guatemala también hay feminicidio denunciado por las mujeres, y por parlamentarias españolas; tendremos encuentros para sumar esfuerzos de las legisladoras. La palabra duele: “Feminicidio”, aceptar que hay feminicidio cuando se gobierna molesta más; el feminicidio es un delito que estará en el código penal y tiene que ver con cada homicidio de cada niña y de cada mujer; además en la ley lo que va a aparecer es otro concepto: “Violencia feminicida”, y ése se acepta más porque es cuando vemos el fenómeno amplio, el conjunto de condiciones que en algunas ocasiones concluyen en crímenes contra las mujeres van en contra de las mujeres. Con las diputadas españolas, cuando hicimos la declaración de Madrid, modificamos un párrafo para que lo pudieran suscribir porque a ellas les costaba mucho trabajo reconocer que hubiese feminicidio en España, en cambio estuvieron de acuerdo en reconocer que hay violencia feminicida y añadimos que se reconocían los esfuerzos de algunos gobiernos para acabar con la violencia contra las mujeres.
En la ley también incluimos una cosa que llamamos “Alerta de violencia de género” es una propuesta para que con una serie de indicadores, a petición de la ciudadanía, cualquiera podría hacerlo, se exija a las autoridades que decreten el estado de alerta de género y que estén obligadas a aplicar presupuestos, reformar instituciones, modificar políticas, resolver los casos no resueltos y a combatir la impunidad; esto no está en ninguna ley de violencia en el mundo y es importante porque tendría que haber otro tipo de intervención institucional, castigo a los funcionarios corruptos que han sido negligentes, que han cometido omisiones imperdonables (ya han sido señalados 80 funcionarios en Ciudad Juárez, allí se podría decretar la alerta de violencia de género), se potenciaría la acción de las instituciones y de la sociedad para enfrentar como debe ser este grave problema.
Quiero terminar con el lema de nuestra Comisión: “Por la dignidad y la libertad de las mujeres”. Muchas gracias.

Marcela Lagarde y de los Ríos / Universidad de Oviedo, 12 de enero de 2006.

Agradezco a Marcela, del blog Mujeres en barricada, el haber recogido las palabras de Marcela Lagarde en la conferencia que ésta dio en la Universidad de Oviedo. Y la amabilidad de mandármelas.

jueves, marzo 09, 2006

Recogida de firmas

Lo encontré en el blog La navaja en el ojo, y hay que pinchar aquí Mujeres de Juárez y volver a pinchar en donde dice recogida de firmas.

miércoles, marzo 08, 2006

Clave o llave, y viceversa.

( Para leer, pinchar sobre las imágenes.)

Esta agenda no es una agenda al uso corriente, es una agenda-objeto... un libro... un objeto... y puede que sea más cosas, y puede que muchas cosas. Muchas cosas por sí solas, por separado, o muchas cosas juntas, al completo.
He escaneado estas páginas para que os hagáis una idea.
Quizá a algun@s les pueda recordar la época dadá, y la surrealista, en la literatura y en las artes plásticas.
A mí me parece una obrita excelente. Pero, claro, hay que verla, tocarla, oírla (leerla), olerla, degustarla... y parece que aquí (pantalla de luz, imagen virtual) no resulta posible experimentar esas sensaciones. Pero, bueno, para algo está la imaginación, o no?

martes, marzo 07, 2006

Ayer u Hoy


Manel Costa i Adrián/ 2002 - 2112, agenda para ejec(a)utivos.

domingo, marzo 05, 2006

Color

Para el ojo humano, todo lo visible tiene un color. Es probable que incluso los ciegos de nacimiento sueñen en color. El color es un fenómeno óptico, y también tiene un lugar, construido para él, en la imaginación humana. Sin ninguna duda, los colores existen en la naturaleza para poder ser vistos. Pero si eres pintor, los colores son tus enemigos. ¡No porque pretendas controlarlos, sino porque tienes que alejarte de ellos!
Cuando los colocas al borde de tu paleta, calculas las proporciones y te mantienes distante. Los colores son superficiales, artificiales e inertes. Puede incluso que empieces a odiarlos por su repulsiva inocencia. Parecen camisas recién compradas, todavía con la tirilla de cartón bajo el cuello y las mangas perfectamente dobladas y prendidas con alfileres. Si tienes que coger una y estás sudando, lo haces con las yemas de los dedos.
Como pintor, luchas por hacerlos desaparecer, para que su lugar lo ocupen los cuerpos. Cuando digo cuerpo quiero decir cualquier cosa que tenga sustancia. Cuando un color adquiere sustancia y se convierte en una cosa, deja de ser color. Pierde su inocencia, y describirlo ya no es tan sencillo; adquiere el peso de lo irremediable, aunque sea el llamado azul cielo. Descubrir lo irremediable es el sueño de un pintor. El “azul” deja de ser un color que has elegido y se convierte en una fatalidad. Una fatalidad de la que no hay manera de zafarse. Esta fatalidad está presente en Tiziano, Turner o Rothko. Y ésa es la alegría. Por conveniencia, llamaremos “tono” a aquello en lo que se convierten los colores. Un tono que nunca se prestará a convertirse en un adjetivo como “rojo”, “amarillo” o “azul”.
¿Sólo los pintores entienden esto? No lo sé.
En cuanto empiezas a mezclar pintura en la paleta o el cuadro, los colores van tomando un poco de sustancia, pero con frecuencia, no es la sustancia que esperabas. A menudo, la sustancia no va más allá de la mierda. Si se alarga demasiado el proceso, la mezcla acaba irremediablemente convirtiéndose en mierda. Por eso cometes muchos errores, porque el proceso de manejar los colores y encontrar el tono justo es muy complejo y sus variables infinitas.
Matisse señaló una vez que un centímetro cuadrado de azul no es lo mismo que un metro cuadrado del mismo azul. El tamaño de la superficie cambia el tono. De la misma manera, un círculo azul no es lo mismo que ese mismo azul cuadrado. El contorno también cambia el tono. Y esto es sólo el principio. Cualquier tono está modificado por su textura, por todos los tonos que le rodean, por el espacio que la imagen está creando, por la luz en el cuadro y sobre el cuadro, y por el curioso fenómeno que es el campo de gravedad de la imagen –aquello que determina el ritmo al que las cosas se vencen y retroceden dentro del marco del silencioso arte que nunca se mueve.
Estas infinitas variables se combinan incesantemente y por eso complican hasta la extenuación la tarea de eliminar colores y crear cuerpos. Te detienes, te retiras unos pasos, te fijas y tratas de prever cómo reaccionará la multitud de variables cuando añadas este tono o modifiques aquél. Sabes también que si titubeas demasiado y actúas con indecisión, estás en peligro de caer de nuevo en la mierda. Incluso Morandi, prudente y extraordinario como era, lo reconocía.
Puede que en un momento determinado intentes coger por sorpresa a la multitud con un gesto repentino o un tono audaz. A veces aceptan, pero sólo pasivamente. A menudo se niegan, y su negativa es inmisericorde. “!Así que has añadido otro color!”, te dicen.
El momento de gracia, si llega, es cuando te asombra descubrir que aquello que tu pincel acaba de añadir no es un color, no es ni siquiera un tono, sino una cosa, algo a lo que la multitud, no ya una multitud sino una comunidad, acoge y da un lugar. No puedes creer lo que ven tus ojos, o más bien, por primera vez lo crees: una cosa inexplicable hecha de colores que las palabras no pueden describir.

John Berger / Algunos pasos hacia una pequeña teoría de lo visible.

viernes, marzo 03, 2006

Surcos

Sulcos
De que lado viste chegar
o outono? Por que janela
o deixaste entrar? És tu quem
canta em surdina, ou a luz
espessa das suas folhas?
Em que rio te despes para sonhar?
É comigo que voltas
a ter quinze anos e corres
contra o vento até te perderes
na curva da estrada?
A quem dás a mâo e confias
um segredo? Diz-me,
diz-me, para que possa habitar
um a um os meus dias.
Eugénio de Andrade / Os sulcos da sede.

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Surcos
¿De qué lado has visto llegar
el otoño? ¿Por qué ventana
lo has dejado entrar? ¿Eres tú quien
canta en sordina, o la luz
espesa de sus hojas?
¿En qué río te desvistes para soñar?
¿Es conmigo con quien vuelves
a tener quince años y corres
contra el viento hasta perderte
en la curva de la carretera?
¿A quién das la mano y confías
un secreto? Cuéntame,
cuéntame, para que pueda habitar
uno a uno mis días.
Eugénio de Andrade / Los surcos de la sed.
Traducción de José Ángel Cilleruelo.

jueves, marzo 02, 2006

El discurso de Harold Pinter

Pinchando sobre el título del post os llevo a una página en la que podréis leer el Discurso de agradecimiento del Nobel de Literatura: Harold Pinter.

La vida sexual de las palabras

Picando sobre el título del post os llevo a un texto que subí en octubre pasado.

miércoles, marzo 01, 2006

Mentiras infames

http://magcastanon.blogspot.com/2006/03/mentiras-infames.html

El resfriado



EL BOMBERO.—Mi cuñado tenía, por parte paterna, un primo hermano del que un tío materno tenía un suegro, cuyo abuelo paterno se había casado en segundas nupcias con una joven indígena, cuyo hermano había conocido, en uno de sus viajes, a una muchacha de la que se enamoró y con la que tuvo un hijo, que se casó con una farmacéutica intrépida, que no era otra que la sobrina de un contramaestre desconocido de la Marina británica, y cuyo padre adoptivo tenía una tía que hablaba con fluidez el español y que era, quizá, una de las nietas de un ingeniero, fallecido de joven, nieto él mismo de un propietario de viñas de las que se extraía un vino mediano, pero que tenía un primo segundo, hogareño, brigada, cuyo hijo se había casado con una muy bella mujer joven, divorciada, cuyo primer marido era el hijo de un sincero patriota que había sabido educar en el deseo de hacer fortuna a una de sus hijas, que pudo casarse con un cazador que había conocido a Rothschild, y cuyo hermano, después de haber cambiado varias veces de profesión, se casó y tuvo una hija, cuyo bisabuelo, enclenque, llevaba unas gafas que le había dado un primo suyo, cuñado de un portugués, hijo natural de un molinero, no demasiado pobre, cuyo hermano de leche había tomado por mujer a la hija de un ex médico rural, él mismo hermano de leche del hijo de un lechero, él mismo hijo natural de otro médico rural, casado tres veces seguidas, cuya tercera mujer…

Sr. MARTÍN.— He conocido a esa tercera mujer, si no me engaño. Comía pollo en un avispero.

El BOMBERO.— No era la misma.

Srta. SMITH.-- ¡Chitón!

EL BOMBERO.—Digo: …cuya tercera mujer era la hija de la mejor comadrona de la región y que, viuda temprana…

Sr. SMITH.—Como mi mujer.

EL BOMBERO.— …se había casado de nuevo con un vidriero, lleno de vivacidad, que le había hecho, a la hija de un jefe de estación, un hijo que había sabido abrirse camino en la vida…

Srta. SMITH.—Su camino de hierro…, su ferrocarril…

Sr. MARTÍN.—Como en el juego de cartas.

EL BOMBERO.—Y que se había casado con una vendedora de hortalizas frescas, cuyo padre tenía un hermano, alcalde de una pequeña ciudad, que había tomado como mujer a una institutriz rubia, cuyo primo, pescador de caña…

Sr. MARTÍN.-- ¿De caña rota?

EL BOMBERO.-- … había tomado como mujer a otra institutriz rubia, llamada también María, cuyo hermano se había casado con otra María, asimismo institutriz rubia…

Sr. SMITH.—Siendo rubia no puede ser sino María.

EL BOMBERO.-- … y cuyo padre había sido criado en Canadá por una anciana mujer, que era la sobrina de un cura cuya abuela agarraba, en ocasiones, en invierno, como todo el mundo, un resfriado.

Srta. SMITH.—Curiosa historia. Casi increíble.

Sr. MARTÍN.—Cuando uno se resfría es preciso ponerse cintas de colores.

Sr. SMITH.—Es una precaución inútil pero absolutamente necesaria.

Srta. MARTÍN.—Excúseme, señor capitán, pero no he comprendido muy bien su relato. Al final, cuando se llega a la abuela del sacerdote, una se hace un lío.


Eugéne Ionesco / La cantante calva
(Lo leí en el capítulo diez , titulado EL EFECTO VACA-QUE-RÍE, de Alicia en el país del lenguaje, de Marina Yaguello.)