Aprovecho que, creo, hay partidos de fútbol estos días por esas pantallas de luz y campos de cosa verde (es hierba de verdad?), para acordarme de este post que leí hace unos meses. Espero que os guste, y que a Mármara le parezca menos "de profundis" y más "relativizante", esto dicho con un pelín de ironía, al gusto.
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Besos, desde Roma
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Post original en: Esta no es mi vida. .
"El armamento de nuestros ejércitos aparece en todas sus variedades, porque un delantero
fusila al portero, o suelta un
cañonazo, o de su bota sale un
obús, o lanza un
chupinazo, o como Roberto Carlos en aquel Francia-Brasil, dirige a la portería
"un misil inteligente" ... en cualquier caso, se
dispara a puerta, se logra un
tiro certero y se afina la
puntería para el siguiente, el equipo plantea la táctica con dos extremos como dos
puñales, y tal vez un hombre como
punta de lanza, y antes del partido las
espadas estarán en todo lo alto …y los equipos buscarán un
jugador-ballesta (expresión más usada en los años cincuenta) o un medio centro que
catapulte al equipo y una delantera
agresiva. Y también un delantero con
instinto asesino, que pueda ser el
verdugo del máximo rival. Las figuras de los dos equipos en
pugna mantendrán a su vez un
duelo particular, que tal vez decida el
enfrentamiento. (…)
El entrenador arenga a los jugadores como el general a los soldados, y además extiende su mando a través del capitán del equipo. Y cuando las tropas están cansadas, acude a los hombres de refresco que supongan un revulsivo.(…)El delantero centro es el ariete, tal vez logre dar dos letales zarpazos, intentará el pase de la muerte, necesita tener pegada, o al menos efectos intimidatorios, entrará en el área enemiga porque es un hombre rompedor … un artillero. (…)
El resultado campeará en el marcador, el ataque pondrá cerco a la portería contraria, el equipo de casa juega en su feudo, se ha armado bien en defensa … Y a veces se sale de un partido con varias bajas gracias a la benevolencia del juez de la contienda para con el juego agresivo del equipo rival. Además, el jugador milita en un equipo, se integra en sus filas … Y la batalla no sólo es terrestre, también se extiende a la guerra naval porque hay que taponar los agujeros, el equipo se puede ir a pique, o naufragar, y tal vez la defensa hace agua por el flanco derecho. El italianismo futbolístico "escuadra" viene a completar el panorama de la guerra.(…)
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Los locutores ponen énfasis en las palabras que denotan agresividad, violencia fonética, sílabas explosivas, las fricativas sonoras. Por eso las expresiones típicamente futbolísticas están llenas de erres, esas consonantes feroces que ya estudiamos en sus efectos poéticos y políticos: regate, rapidez, recorte, rechace, atrapa, irrumpe, aferra, penetra, se incrusta, barrera, travesaño, destruye, rompedor …
Es más comunicativo de fuerza y de furia decir "rápida carrera" que pronunciar "incursión veloz", y el comentarista evitará explicar que un delantero "llega al área" para expresar en su lugar que "rompe la retaguardia del rival".(...)
Los vocablos que forman parte de esa fascinación contribuyen a modificar la manera de percibir la realidad, pero también la manera de pensar. Si razonamos con esas palabras, razonamos de manera diferente a como lo haríamos con otras. Conocer este mecanismo y desentrañar sus trampas equivale a prevenir sus males. El hecho de que nos parezcan insospechados no hacen sino avalar la tesis.
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"La seducción de las palabras" ; Álex Grijelmo.