miércoles, mayo 10, 2006

El lenguaje. Funciones del lenguaje

Individuo y lenguaje.

Pensemos primero en lo que el lenguaje representa para el individuo solo, para el ser humano, en sí mismo, antes de atender a lo que significa para ese mismo hombre en sus actos de relación con sus semejantes. Por tener el lenguaje misión primordialmente comunicativa, y servir de enlace entre persona y persona, solemos fijarnos únicamente en éste su valor social. ¿Pero no es, antes, algo más que eso? Imaginémosnos un niño chico, en un jardín. Hace muy poco que aprendió a andar; le llama la atención una rosa en lo alto de un tallo, llega delante de ella y, mirándola con los ojillos nuevos, que se le encienden de alegría, dice: "!Flor, flor!" Nada más que eso. ¿A quién se lo dice? Pronuncia una palabra sin mirar a nadie, como si estuviera solo con la flor misma. Se lo dice a la rosa. Y a sí mismo. El modular esa sílaba es para él, para su ternura, una gran hazaña. Y ese vocablo, ese leve sonido, flor, es en realidad un acto de reconocimiento, indicador de que el alma incipiente del infante ha aprendido a distinguir de entre las numerosas formas que el jardín le ofrece, una, la forma de la flor. Y desde entonces, cada vez que aperciba la dalia o el clavel, la rosa misma, repetirá con aire triunfal su clave recién adquirida. Significa mucho: "Os conozco, sé que sois flores" El niño asienta su conocer en esa palabra.
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Eduardo Alonso, Arcadio López Casanova / Lengua española. La expresión literaria. (Edit. Bello, 1974.)

6 comentarios:

Luis Rivera dijo...

Reconozco que no entiendo mucho el sentido final de este post, tal vez por el propio lenguaje de los autores.

Roma dijo...

El sentido final de mi post? o del texto en sí mismo?
El sentido de mi post? pues... es que sencillamente me emociona lo que el texto está diciendo.
El sentido del texto lo encuentro en la manera en que ha expresado ese "descubrimiento" del lenguaje que va haciendo el niño, el niño que somos todos en esa fase de descubrir el lenguaje y que es interminable, que dura toda la vida.
Palabra a palabra uno va descubriendo y reconociendo el mundo que cabe dentro del lenguaje.
Cuando al final dicen: el niño asienta su conocer en esa palabra, está significando cómo asienta su conocer cada vez que nombra a una cosa por su nombre, cada vez que reconoce en una palabra a la cosa por ella representada.

No sé. Así lo he entendido yo.

Luis Rivera dijo...

Vale, es simplemente que yo este tema lo trato más científica y menos poéticamente. Entendido.Y popr supuesto me refería al texto.

Roma dijo...

Sí, Chusbg, yo también pienso que es el lenguaje el que nos construye a nosotros.

el foliot rojo dijo...

En "El ciclo de Terramar" de Ursula K. Le Guin el poder de la magia lo dan las palabras, y es el de nombrar las cosas por su nombre verdadero: quien conoce el nombre verdadero de algo lo posee, lo controla. Realmente con nuestro lenguaje no controlamos las cosas, pero si las hacemos nuestras, y ellas a su vez nos hacen suyo. ¿O quizás es que no conocemos el nombre verdadero de las cosas y por eso no adquirimos ese poder que nos daría nombrarlas?

Luis Rivera dijo...

Quin Shi Huang Ti, el primer emperador de la primera China practicaba un principio: "tiene el poder aquel que es capaz de dar nombre a las cosas e imponerlo a los demás" El lenguaje, entre otras cosas sirve para describir la realidad. Para Nebrija, lengua y gramática es el medio por el que exportar el Impreio y por lo tanto el dominio. Como lo es el latín para los romanos. Uso del lenguaje y aprendizaje son dos cosas difereentes. Para Chomski la evolución empieza con la primera gramnatica o mejor gramaticación. (?)
Lo que me ha sorprendido del texto es su aspecto mágico que desconoce la realidad científica: el esfuerzo que un niño de pocos meses hace para enfrentarse a la comprensión del lenguaje, el desarrollo neuronal en su cerebro, es tan brutal que un adulto podría no soportarlo. Hay una fase en la vida del niño en que está espcialmente preparado para aprender el lenguaje por mecanismos que no están del todo aclarados. Reconoce y se apropía del conocimiento de las cosas de una manera intuitiva y mecánica. No hay magia en ello.