


Ayer recibí un comentario escrito en lengua portuguesa que no entendí.
Decía lo siguiente:
Olá!
Peço desculpa mas os autores não são os irmãoa Aires Mateus. Sou eu e chamo-me Gonçalo Afonso Dias.
e-mail: goncaload@sapo.pt
Um abraço e obrigado pelos comentários!
27 noviembre, 2006 12:49
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27 noviembre, 2006 12:49
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No sabía si prestarle atención o no porque era un comentario reciente pero escrito en un post del pasado mes de junio (relacionado con una petición de ayuda que había solicitado unos días antes) y porque lo interpreté a primera vista como una anécdota. A pesar de todo no perdí ocasión de preguntar a amigos y conocidos, medio en broma medio en serio, si sabían qué decía el curioso mensajito. Y unos y otros lo hemos venido traduciendo mal porque en todos los casos interpretábamos que se trataba de una persona cuyo nombre era idéntico al del edificio en cuestión y que dejaba sus señas para demostrarlo.
Pero... hummm... había algo que me tenía con la mosca detrás de la oreja, algo que parecía estar diciendo que no, que no era eso. Y no era eso.
Ya sé, ya, ya... que ahora todos me vais a decir que estaba claro como el agua, incluso yo misma ahora lo leo y me salta a los ojos, pero ayer algo me impedía verlo así, quizá los prejuicios, las ideas preconcebidas, la manía de leer obtusamente y obstinadamente pensar que lo que pone es lo que creemos que debería poner.
Debiera haber empezado preguntándole a mi marido, porque ha sido leerlo él y traducirlo como el agua. Resumiendo: que lo que dice el escueto comentario es que el autor del edificio es él, él mismo, Gonçalo Afonso Dias, y no los hermanos Aires Mateus.
Vaya! me digo, y ahora qué le digo? qué hago? Y en esas que me encontraba pensando que qué podría hacer yo ahora... ha llegado la respuesta. Por mail. Como casi todo lo que llega. O como casi lo único que llega. Y en efecto, he recibido un mail del propio autor en el cual, y traducida al castellano, me da esa explicación con la mejor disposición del mundo, sin enfadarse, sin exigirme que rectifique, sin pedirme absolutamente nada. Y encima me da las gracias. Actitudes así no se encuentran todos los días, ni muchísimo menos. De modo que no sólo he pensado en que mi deber es rectificar y pedir disculpas, también me he sentido super favorecida por la suerte de que haya sido el propio autor del edificio el que haya terminado diciéndome de quién era la autoría del edificio y dónde se encuentra. O sea, que lo otro que he pensado ha sido que esto es !!maravilloso!!
Y para quien se sienta interesado por el trabajo de este arquitecto le apunto en avanzadilla que en el próximo número de la revista Arquitectura Viva, podrá disfrutar de este proyecto de las residencias de estudiantes del Campus de Coimbra del que hablamos (se puede ver aquí), y de este otro del Novo Teatro Municipal De Almada. Por descontado que yo, lo que se dice yo, no me lo pienso perder.