viernes, noviembre 17, 2006

esta vez "vápara" mí



No es Félix de Azúa santo de mi devoción, sólo le he leído un par o tres de libros, que me gustaron, sí, me gustaron cuando los leí la primera vez, y no me gustaron cuando años más tarde volví a ellos. El retorno, animado por el deseo de releer algo de lo que había disfrutado, sirvió para quedarme sorprendida pensando y preguntándome por qué me habían gustado y por qué guardaba un recuerdo de ellos que no se correspondía con la impresión que ahora me daban. Los libros eran Diccionario de las artes, Historia de un idiota contada por él mismo y Salidas de tono. En fin... no voy a tratar de descubrir el misterio, ni entonces ni ahora. Lo saco a cuento de que en los últimos tiempos personas cercanas a mí le leen en su blog y me comentan lo mucho que les gusta Azúa. Sin ir más lejos, ayer mismo, me dicen que qué bueno lo último de Azúa, ese artículo de Un artista de la brocha. Precisamente lo había leído esa misma mañana de ayer, y no había yo notado nada especial. Nada, pero nada de nada. Así que me dije que lo volvería a leer de nuevo para ver si encontraba lo "bueno" que se me había escapado o desapercibido. Lo hice. Lo volví a leer a ritmo de cámara lenta, yo soy un poco así, hago ese tipo de tonterías, eso de decirme que si lo leo despacio... despacio... despacio... no se me escapará nada. Pues nada. Lo mismo. No encontré de qué sentir que aquello era muy bueno. Y ya voy directa a lo que voy: que hoy, albricias, es que la vida es así, hoy me he leído el artículo de Azúa, el de hoy día 17 de noviembre, que se titula La paloma de Kant, y... me ha encantado, que todavía no seducido, pero como algo es algo pues lo digo presta.

Extraigo del texto un párrafo que es como la "mousse" del artículo, la crema deliciosa.

"Kant decía que la paloma vuela gracias a que el aire le ofrece resistencia. En un mundo sin ese molesto viento que nos mete arenilla en los ojos, no podrían existir los aviones. Si nada se te opone, no eres nada. Nos construimos gracias a que algo se resiste a nuestra construcción. Y nuestra forma física e intelectual, la de cada uno de nosotros, es el resultado de ese enfrentamiento y de los millones de detalles, variantes y matices con los que tropezamos a lo largo de nuestra existencia. Por eso Hegel tituló el célebre capítulo de su Fenomenología que trata sobre la revolución francesa: “La libertad o el terror”. "


El texto completo se puede leer aquí: La paloma de Kant.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Como novelista no se, leí una novela que no me desagradó, pero hace años de eso y hoy no se. Sucede que no encuentro a ningún nnovelista a quien me resulte interesante seguir, en lengua española. ¿Qué le voy a hacer?

Ahora bien, me gustan mucho sus artículos cultos porque abren perspectivas y enseñan, a mi por lo menos, a cotejar realidades.

Este es el caso de La paloma de Kant. Es un buen artículo, si señora.

Mármara dijo...

¡Qué verdad tan verdad!, lo de Kant, y su paloma. Y lo del ser y la oposición.
Y, qué bien me viene, precisamente estos días, en los que ando pelín quemada con mi "oposición".

chusbg dijo...

Me pasa un poco como a ti, no es santo de mi devoción pero no por sus libros, yo he leído artículos, por las razones que fuese casi nunca llego a terminarlos, como hago con otros que te enganchan.

A partir de ahora, como tú, pondré más atención, el párrafo que pones es realmente muy bueno, de esos que hay que tener a mano, pero si te digo la verdad el artista de la brocha me ha encantado, yo me he reído mucho con él, no sé si es porque llevo muchas obras a mis espaldas, o porque las sensaciones que él de manera tan magistral escribe, las he experimentado casi todas y de la misma manera, me ha gustado mucho la parte del presupuesto que eran millones, le dijo doscientas mil y el artista, que cuando empezamos, y lo de la manera tan limpia que ha tenido para no dejarse convencer que el color está de moda, para hacer lo que el quiere, blanco, eso si, ha tenido que luchar mucho y poner en práctica una técnica asertiva que se usa mucho con los que te quieren vender algo en casa, se llama de "disco rayado" responder siempre lo mismo, si te quieres salir con la tuya, en este caso, blanco, blanco, ellos usan todos los trucos para convencerte de lo que quieren, me ha hecho gracia como lo dice, estaba muy triste por no poder hacer un trabajo a la altura de la casa de Jesulin de Ubrique y entonces le dije que el baño de dos colores por hacerle una concesión y el artista de la brocha se emocionó, todo ello para mi genial, me ha gustado mucho.

Un saludo

elzo dijo...

A mí en cambio ni fu ni fa.

la luz tenue dijo...

A mí gustan los artículos de Azúa cuando está cabreado, cuando se le nota la mala leche. Entonces es cuando le aflora lo mejor de sí mismo.

chusbg dijo...

Pues acabo ahora mismo de leer un artículo que tenía entre los pendientes ¿quíen teme al ciudadano feroz? y tengo que estar de acuerdo con la luz tenue, al tío se le ve que está de mala leche, cabreado, con mucha razón, por cierto y, le sale un artículo francamente genial para mi gusto. Pongo el enlace por si alguno no lo ha leído y quiere leerlo:
http://www.bastaya.org/uploads/noticias/index.php?id=7788

Un saludo

Anónimo dijo...

Las palabras que a la médula proceden de muchos lugares, a veces de los más insospechados. Un día Azúa, otra vez un niño, otro día tu amigo, tu enemigo o el mismísimo indiferente te alcanzan.