miércoles, diciembre 06, 2006

saudade


No me gusta este mes, nunca, no me gustan ningún mes de diciembre que yo recuerde desde que dejé atrás la infancia. El último recuerdo bueno es del año 64, noche vieja del 64, y si digo el año con tanta exactitud es porque esa noche me recuerdo con la oreja pegada a la radio escuchando un estribillo recalcitrante que repetía con empeño una frase que nunca se me ha olvidado, era una frase cantada, que decía "... (tachín tachín) el año sesenta y cuatro es el que se va, es el que se va... (tachín tachín) el año sesenta y cinco es el que vendrá, es el que vendrá..." y así una vez y otra vez y otra vez... y yo me sentía contenta, bien, feliz. Lo recuerdo ahora y caigo en la cuenta de que es lo mismo que un anuncio publicitario en la actualidad. ¿Qué se anunciaba la noche última del año 1964? pues se anunciaba el año 1965, el año que estaba a punto de entrar, ni más ni menos, sin ir más lejos; con total simplicidad el año que se iba anunciaba al año que venía. Lo recuerdo y me parece tan sencillo, tan simple, que no entiendo por qué razón no lo he olvidado.

1 comentario:

Mármara dijo...

Hace 20 años, en la madrugada del 22 de diciembre, se murió mi padre. Sin embargo me encanta este mes. Y el de enero, y el de febrero...