lunes, julio 17, 2006

y hablando de botánica...


El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el coraje de ir a recogerla al borde de un precipicio.

Sthendal, dixit.

15 comentarios:

Luis Rivera dijo...

Y cortarla. Roma, demasiado arriesgado, peligroso, fatigante y sangriento. ¿No podríamos buscar una comparación menos estresante?
Con toda la simpatia, Roma. Luce un sol en el bosque que desmiente mi post. Ha salido al acabarlo.

Luis Rivera dijo...

Y por cierto, la vida sentimental de Stendhal fué bastante poca cosa, sería que por donde caminó no había precipios con flores, o que pasó de ir a recogerlas.

Roma dijo...

Puede que no hubiesen flores en su camino, que lo dudo, y puede que que pasara o pasase de ir a recogerlas, y puede que no, pero sabía de lo que hablaba, de eso estoy segura.

Luis Rivera dijo...

Stendhal siempre supo de que escribía. Hoy tengo un irónico sentido del humor.

Roma dijo...

Me encantó tu comentario, no vayas a pensar que no, y la ironía es maravillosa, lo malo es que a veces nos pilla con la cabeza en otra parte.
Te agradezco un montón tu visita y tus comentarios.

Jesús Miramón dijo...

Fíjate que yo creo que el amor es una flor, no siempre bellísima, que crece junto al camino, silvestre y pequeña, y también en los ribazos, en los campos abandonados a su suerte, en cualquier parte. Y siguiendo con la imagen de Sthendal pienso que no es coraje lo que se necesita para recogerla sino atención, tranquilidad, ternura, darse cuenta.

Un beso, Roma.

(Espero que no sea tarde para decirte cuánto me gustan tus pinturas)

Roma dijo...

Jesús, nunca es tarde si la dicha es buena. Gracias por darme esa sorpresa, y por tu comentario, !y por el beso!

Yo creo que todos lleváis razón en lo que decís, Sthendal, Luis, y tú.
Por lógica, cada un@ hace una lectura del amor desde su perspectiva, desde sus vivencias pasadas y presentes, desde su memoria biográfica sería mejor decir, porque esta memoria lo incluye todo, lo que uno vive directamente y que es su experiencia, y lo que uno vive también indirectamente que son las experiencias de los otros, y aquí en las de los otros incluyo todo lo que percibimos y llegamos a sentir a través de todas las formas en que los otros se nos presentan.

Mi opinión personal me lleva a decir que el amor no lleva etiqueta alguna que contenga datos de lo que es ni de cómo es. Es un sentimiento y se siente y punto, cada uno a su manera.

Anónimo dijo...

Prefiero que no sea una flor...mejor un arbol de hoja perenne....

Qué sea una acacia o una encina...no tan fragíl...ni tan breve...

Luis Rivera dijo...

A ver que un comentario irónico se ha interpretado muy en serio:

1 - Stendhal por encima de muchos y a la altura de pocos.

2 - No creo en el amor como tal, ni siquiera se lo que quiere decir esa palabra que uso y he usado en mi vida. Creo en los afectos de distinto calibre e intensidad. Y creo en las pasiones, de distinta intensidad. Y creo en afectos apasionados y en pasiones afectuosas.
3 - El individuo "enamorado: apasionado" tiende a trastocar su realidad, que es toda la realidad que alcanza a comprender. Muda el centro de gravedad al objeto amado y todo a su alrededor trasciende desde aquel. Está bien mientras dura y no está mal cuando desaparece.

Roma dijo...

Viuda de Tantamount, yo también preferiría un árbol de hoja perenne... que no fuese frágil y que no fuese breve. Pero renunciar a las flores... creo que para equilibrar me escogería una jacaranda.

Luis, yo no creo haberte interpretado en serio. Me gustó la ironía, ya te dije.
Sthendal a mí me parece genial, y su libro "Del amor" me encantó, su teoría de la cristalización me parece muy acertada, es bastante creíble que algo así es lo que ocurre en el estado de "enamoramiento".
Son temas de los que es imposible llegar a ninguna conclusión final, y menos mal!.

Déjame que te diga que el punto 2 lo has bordado, decirlo mejor con tan pocas palabras no creo que sea ya posible.

En cuanto al punto 3... pues depende, es cuestión de matiz o de grado. Pero de la misma manera que moorir no nos gusta nada no por no tenernos que morir renunciamos previamente a vivir. Con el amor pasión pasa tres cuartos de lo mismo.
En fin... es la vida.

Luis Rivera dijo...

Perdona Roma, pero quiero añadir algo: creo que afectos apasionados se pueden convertir en afectos desapasionados, para poco, mucho tiempo o para toda la vida. Hay tantas maneras de hacer el amor...
Y juro que no sigo con esto.

José Antonio Galloso dijo...

Roma: llego de la mano de Luis Rivera y me encuentro con es espacio simple y hondo, diáfano y misterioso, y me voy con ganas de regresar.
Saludos

Clarice Baricco dijo...

Hola Roma:

Mis ojos se detienen ante tus lienzos. Es grato estar ante el arte vivo.

Debido a Luis estoy aquí, me da gusto conocerte.

Un abrazo...

Roma dijo...

Bienvenidos José Antonio Galloso y Clarice Baricco, mil gracias por vuestras amables palabras!

Saludos y abrazos y hasta pronto!

Marcela dijo...

No si ya decía yo que lo mío era ir de flor en flor.