Bienvenido, Juanma, a este otro rincón del extenso mundo blog. Y de nada me has de dar las gracias, y al revés, soy yo quien te las debe dar a ti. Recojo tu palabra con "ilusión" y con muchísima "ilusión" espero que nos escribas lo que quieras con las palabras de todos.
Lo prometido es deuda, así que aquí tienes la historia. No se cómo titularla.
Ya había bebido de ella, pero la ponzoña aún no había hecho efecto. El momento del placer había pasado y, como siempre, la melancolía acompañaba la llegada de...
La primera luz del día era incapaz de atravesar la persiana bajada. Los escasos restos que lograban colarse por las rendijas dibujaban extrañas filigranas al toparse con el humo que ascendía haciendo cabriolas, dando vueltas y revueltas, del cigarrillo a medio consumir. Empezaba a sentir los cambios. Ya era prácticamente incapaz de reconocer la imagen que le devolvía el espejo. ¿Cómo había dejado que pasara ésto? El tipo sólo había dicho...
"Hola", y al instante supo que era suya. Aún se preguntaba por qué la había elegido. ¿Tal vez por sus ojos, con el ébano robando el terreno del lapislázuli al dilatarse las pupilas? Se lo preguntaba, pero no le importaba. Hacía tiempo que no le importaba nada, que sus sentimientos se habían transformado en una parodia, en una...
Ilusión. Eso había sido todo, una ilusión. Ya no recordaba la cara del tipo, pero había llegado a la conclusión de que no era más que una pesadilla encarnada. Pero las quemaduras que las escasas viruas de luz le empezaban a causar le decían que era real. Todo había acabado. No habría más paseos a mediodía, no más leer al sol apoyada en el abedul del parque. Adiós a sus sueños de amor, a sus anhelos de maternidad y familia... Ahora el futuro era negro, y la muerte...
Jajaja... pues es divertido esto... hasta tenemos "una de vampiros", jaja, como en los tiempos en que uno preguntaba "Qué película echan en el cine?" y la respuesta general era "una de vampiros". Me ha hecho mucha gracia. Hale!, voy a subir tu texto a toda prisa al post, que ya tardo. Y muuuchas gracias, Juanma.
Nunca supe andarme por las ramas, ni hacer filigranas con las palabras; quizá lo encarnado me llegue hasta la punta de las orejas, quizá tu respuesta me suma en una melancolía del color del ébano, quizá la ponzoña del fracaso me lleve a reconocer que lo que quiero es una utopía, quizá simplemente te diga: ¡Hola! y ninguna palabra más vea la luz, quizá el placer de la ilusión me permita hacer una cabriola y llegar a las ramas del abedul que hay afuera, quizá te grite, quizá te regale el lapislázuli que me dio mi madre, quizá me dé por largarte un mitin sobre la necesidad de la maternidad en el mundo de hoy, quizá...quizá...quizá algún día me atreva a decirte que te amo desde siempre y que aquí estoy, esperando que llegue el valor para decírtelo.
Me encanta melancolía. Claro que en italiano nos superan, como con casi todas las palabras: malinconia. Tampoco están mal las que aparecen aleatoriamente en la parte de abajo de la casilla para poner comentarios, como la que ahora me ha salido: zzqtir
11 comentarios:
Gracias mil, Roma, por tus ánimos y tus comentarios. Y por enlazarme, claro!
Mi palabra es ilución. No hay que perderla nunca. En cuanto pueda te envío una historia con las palabras.
De nuevo: Gracias!
Gracias mil, Roma, por lo ánimos y por visitar mi rinconcito de vez en cuando.
Mi palabra es "ilusión", y espero poder enviarte pronto una historia.
De nuevo: Gracias!
Bienvenido, Juanma, a este otro rincón del extenso mundo blog. Y de nada me has de dar las gracias, y al revés, soy yo quien te las debe dar a ti.
Recojo tu palabra con "ilusión" y con muchísima "ilusión" espero que nos escribas lo que quieras con las palabras de todos.
Lo prometido es deuda, así que aquí tienes la historia. No se cómo titularla.
Ya había bebido de ella, pero la ponzoña aún no había hecho efecto. El momento del placer había pasado y, como siempre, la melancolía acompañaba la llegada de...
La primera luz del día era incapaz de atravesar la persiana bajada. Los escasos restos que lograban colarse por las rendijas dibujaban extrañas filigranas al toparse con el humo que ascendía haciendo cabriolas, dando vueltas y revueltas, del cigarrillo a medio consumir. Empezaba a sentir los cambios. Ya era prácticamente incapaz de reconocer la imagen que le devolvía
el espejo. ¿Cómo había dejado que pasara ésto? El tipo sólo había dicho...
"Hola", y al instante supo que era suya. Aún se preguntaba por qué la había elegido. ¿Tal vez por sus ojos, con el ébano robando el terreno del lapislázuli al dilatarse las pupilas? Se lo preguntaba, pero no le importaba. Hacía tiempo que no le importaba nada, que sus sentimientos se habían transformado en una parodia, en una...
Ilusión. Eso había sido todo, una ilusión. Ya no recordaba la cara del tipo, pero había llegado a la conclusión de que no era más que una pesadilla encarnada. Pero las quemaduras que las escasas viruas de luz le empezaban a causar le decían que era real. Todo había acabado. No habría más paseos a mediodía, no más leer al sol apoyada en el abedul del parque. Adiós a sus sueños de amor, a sus anhelos de maternidad y familia...
Ahora el futuro era negro, y la muerte...
Una utopía.
Es una chorradita de vampiros, pero espero que te guste y no desentone mucho
Jajaja... pues es divertido esto... hasta tenemos "una de vampiros", jaja, como en los tiempos en que uno preguntaba "Qué película echan en el cine?" y la respuesta general era "una de vampiros".
Me ha hecho mucha gracia.
Hale!, voy a subir tu texto a toda prisa al post, que ya tardo.
Y muuuchas gracias, Juanma.
Nunca supe andarme por las ramas, ni hacer filigranas con las palabras; quizá lo encarnado me llegue hasta la punta de las orejas, quizá tu respuesta me suma en una melancolía del color del ébano, quizá la ponzoña del fracaso me lleve a reconocer que lo que quiero es una utopía, quizá simplemente te diga: ¡Hola! y ninguna palabra más vea la luz, quizá el placer de la ilusión me permita hacer una cabriola y llegar a las ramas del abedul que hay afuera, quizá te grite, quizá te regale el lapislázuli que me dio mi madre, quizá me dé por largarte un mitin sobre la necesidad de la maternidad en el mundo de hoy, quizá...quizá...quizá algún día me atreva a decirte que te amo desde siempre y que aquí estoy, esperando que llegue el valor para decírtelo.
Bueno... Impresionante, no?
Millón de gracias, Marcela.
Mi palabra es "consciencia". Próximamente, en cuanto lo compònga, te mando el texto con las palabras arrejuntadas.
Grassssssias Mármara. Arrejunta las palabritas, que cobren consciencia de sí, y que nos lo cuenten ellas mismas.
Me encanta melancolía. Claro que en italiano nos superan, como con casi todas las palabras: malinconia. Tampoco están mal las que aparecen aleatoriamente en la parte de abajo de la casilla para poner comentarios, como la que ahora me ha salido: zzqtir
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