
en el estrecho filo entre la noche y la mañana,
en el pequeño pasillo en el que piensas que
vives en Madrid,
en el que tienes unos minutos para mirar
dónde vives,
el resto, las horas, podrías estar en cualquier habitación del
mundo.
Rafael Lamata Cotanda / Palabras contra palabras.
(A quien no me conoce ni conozco)
2 comentarios:
Maldecía Madrid, con su tráfico caótico, sus prisas agobiantes, sus hervideros de gente...
Ahora maldigo esta isla ramera, echando de menos las vías de escape de Madrid...
Tempus dixit.
Nunca estamos conformes con lo que tenemos, ésa es nuestra gran tragedia.
Publicar un comentario